Facebook Twitter Youtube Instagram
 

Hay Que Ver La Tele

lunes 17 de noviembre de 2014  

Para estar en la onda hay que entender este romance inesperado de los políticos con la televisión, una pasión tan desatada que una teme que llegue un día en que acaben por darle cerrojazo al Parlamento para pasarse de la mañana a la noche en tertulias de los mismos contra los mismos. Las teles, a su vez, hacen caja con el asunto, aunque venden, cómo no, la idea de que se han constituido en plazas públicas comprometidas y necesarias. Los analistas políticos se han transformado en expertos de la tele y analizan cómo las nuevas figuras han sabido redescubrir un medio que se estaba quedando viejuno y los cronistas de la tele escriben a su vez sobre la política televisada que lo inunda todo. Esto se ha convertido en una tremenda albóndiga. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

El Futuro de Jennifer

sábado 8 de noviembre de 2014  

La otra tarde vino a buscarme a la radio una de aquellas niñas a las que sus padres quisieron adornar con un nombre peregrino, Jennifer. Jennifer López. Cuando la bautizaron con nombre tan internacional la cantante latina no era todavía conocida, al menos no en España, pero el destino nos depara esas bromas y ahora Jennifer, la nuestra, tiene que aguantar comentarios y miradas cuando dice por ahí cómo se llama. En cualquier caso, sospecho que en España hay más de una Jennifer López.

La mía, por así nombrarla, era y es para mi gusto más bonita que la cantante del Bronx, llevaba la otra tarde unas gafas de chica lista y se había traído la entrevista preparada primorosamente. Quería, quiere, ser periodista y me preguntaba, casi más por interés personal que académico, por los secretos para llegar a algo en “esto”. A estas cuestiones nunca sé qué responder.

EL ARTÍCULO CONTINUA AQUÍ >>

 

Los Verdaderos Antisistema

sábado 1 de noviembre de 2014  

No aprenden nada. Y de ese su no aprender vamos a salir perdiendo todos. No aprenden. Son una bomba para el sistema que dicen defender. Más complejo aún: son una bomba para el sistema que a ellos mismos les conviene. Una bomba que lleva ya unos cuantos años a punto de estallar, tan a punto está de pegar el petardazo que hay mañanas en que una se levanta y no se atreve a conectar la radio por si lo que siente de pronto es un tremendo silencio. No aprenden. Piden perdón y pretenden que eso toque alguna fibra sensible, pero el corazón de quienes les escuchan ya está completamente endurecido. Perdón y qué, ¿y tres padrenuestros? Esto no es una escuela, ni un confesionario, esto es un país de ciudadanos que de la indignación pasaron esta semana al temor, al temor al futuro, que pinta negro.

EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

La Nueva Cara de Reneé

martes 28 de octubre de 2014  

“Siempre llevo zapatos llamativos. Pero eso tiene un porqué, es para evitar que me miren la cara y vean que soy un pellejo. La gente dice, qué zapatos más raros llevas… Y se olvidan de mis arrugas”. Es algo que suele decir Geraldine Chaplin. Cada vez que lo escucho, el primer pensamiento que se me viene a la cabeza es, ¿dónde hay que firmar? Comparto su afición por los zapatos extravagantes. Los zapatos, en su osadía o en su vulgaridad, dicen mucho de las personas. No hablo de zapatos de firma, no me refiero a unos Manolos, por así decirlo, sino de zapatos aventureros, osados, llamativos, atrevidos. Pero una vez compartido el entusiasmo zapatista de la que alguien llamó por la calle “la hija del Gordo y el Flaco”, pienso que lo verdaderamente envidiable de Geraldine son las arrugas. EL ARTICULO SIGUE AQUI >> 

 

Maneras de Retratarse

sábado 18 de octubre de 2014  

Todo el mundo se retrata: un responsable político tan cutre como para acusar a una enfermera de poner a la población en riesgo; una ministra con cara de susto incapaz de manejar una situación para la que debería estar suficientemente preparada; otro político que por hacer oposición pone en duda una repatriación que constituye el derecho de cualquier ciudadano y de la que no dudan los profesionales médicos, o la actitud de tantos de nosotros cuando nos da por pensar que nuestra vida, por el hecho de vivirla en el primer mundo, ha de estar exenta de acontecimientos incontrolables. Ay, por la caridad entra la peste. Maldita sea, hay personas que piensan que la piedad, la compasión o la misericordia son sentimientos exclusivos de la fe cristiana y que los demás hacemos muy bien en vernos exentos de semejantes obligaciones morales.

EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

La Chapuza Y La Ira

domingo 12 de octubre de 2014  

Vaya por delante un consejo: no se desayune usted nunca con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. En España, como medida sanitaria para empezar el día con energía, como rezaba el anuncio de los cereales, lo mejor va a ser escuchar música clásica. Se hinca el diente en la primera tostada con la excelente noticia de que el expresidente de Bankia, el señor Blesa, se gastó, a costa de la entidad, 9.000 euros matando bichos en un safari y se termina con las declaraciones reticentes e irritadas de un consejero de Sanidad. Debería estar prohibido por la OMS exponerse a semejante material tóxico, no ya porque pone mal cuerpo, que también, sino porque tanta información que abunda en el desastre nacional contribuye a un sentimiento colectivo del que en España no andamos escasos: la histeria. La evidente incompetencia de quien tiene la responsabilidad en su mano en un caso tan crítico como éste contagia el miedo mucho más rápido que el virus, y eso es exactamente lo que están consiguiendo quienes deberían estar ahí protegiéndonos.

EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

Perder Las Amistades

domingo 5 de octubre de 2014  

En medio de la noche sonó el teléfono. Como estábamos en Nueva York fui hacia él con el temor de escuchar una mala noticia. Al entrar en la cocina reconocí la voz que dejaba un mensaje, familiar para mí, quizá para ustedes, porque era la de un viejo compañero de Radio Nacional. Qué extraño que su voz poblara de pronto la densa oscuridad del apartamento pidiéndonos ayuda y consuelo. A nuestro amigo Javier, que pasaba unos días en la ciudad, le había doblado un cólico nefrítico. Era aún de madrugada cuando entramos en la parte trasera de la ambulancia, mi marido y yo flanqueándole, como escoltas o como si estuviéramos detenidos, porque la enfermera nos dejó unidos y atados con un mismo cinturón. Fue toda una experiencia viajar por la ciudad saltándonos legalmente los semáforos. El enfermo se retorcía de dolor pero, al no correr peligro, disfrutamos como niños viendo por la ventanilla trasera sucederse las calles. También pensé, dada como soy a la truculencia, que si alguna vez me tocaba ir de protagonista en una camilla preferiría no cruzar las avenidas neoyorquinas sino la muy familiar Doctor Esquerdo, de camino al Marañón, por poner el ejemplo más recurrente en mi vida.

EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

Rajoy en China

domingo 28 de septiembre de 2014  

El martes pasado se abrieron los cielos, se movió la tierra bajo nuestros pies, había en el aire un olor a fin de los tiempos. Así las cosas, quien esto escribe se asomó a la terraza de la Cadena Ser para ver si Dios le guiñaba el célebre ojo. No puedo decir que lo viera, pero les aseguro que lo presentí. Saqué unas fotos al buen tuntún de los tejados de Madrid y cuando las vi por la noche a la luz de mi ordenador me pareció que ni John Ford podía haber colocado las nubes de manera tan poética. El martes, amigos, España tembló. Y no digo nada cuando entré en los estudios de la radio. Cuando entré en los estudios aquello ya fue el acabose. Del periodista talludo a la atribulada becaria no había quien no sintiera el corazón acelerado. Y era esta una escena que se repetía, con igual intensidad, en cada uno de los estudios de cada una de las emisoras a todo lo largo y ancho del mapa autonómico. Yo me sentí como en medio, como molestando, como ese burro que en mitad de la batalla está que no sabe para dónde tirar. Siempre me pasa, cuando me hallo en el epicentro de una emoción colectiva siento que no estoy a la altura de tanta algarabía.

EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

Cuando Te Come la Ansiedad

sábado 20 de septiembre de 2014  

Para infancias traumáticas las de nuestros padres. Las de aquellos que de niños padecieron la guerra. A mi padre se le cayó el pelo. Literal. Pensó que su padre había muerto en combate y al cabo de un año de orfandad lo vio llegar como una aparición por la plaza del pueblo: un hombre marrón, envejecido, cubierto por una manta, que no se sabía si era un muerto o un vivo. A ese niño que era mi padre se le cayó el pelo. Al tiempo, con ungüentos, y, fundamentalmente, cuando se le pasó el susto, le volvió a salir. Por eso, y por tantas otras cosas que fuimos sabiendo de un hombre que prefería mostrar la fortaleza a la vulnerabilidad, siempre pensé que sus manías estaban, en cierta medida, justificadas por las vivencias de una niñez brutal. Me refiero al nerviosismo permanente, la fobia a las tormentas, el miedo a que se terminara el pan, los vicios a los que se aferraba como el niño a la teta, las paranoias, el pavor a los aparatos eléctricos, el temor a los accidentes domésticos, a los imaginables y a los insospechados. Mi padre, el hombre que padecía insomnio y que sólo se consolaba comiéndose media pastilla de chocolate, era sin duda un enfermo de ansiedad crónica. Lo que no podré saber es cuánto le debía a su genética y cuánto a la historia de este puñetero país. Yo heredé sus miedos y alguna de sus fobias, pero tampoco sabría calibrar si las aprendí de él como una niña obediente o simplemente las heredé en la ruleta imprevisible del ADN. O las dos cosas. En mi mesilla no hay chocolate, porque mi autocontrol dietético no me lo perdonaría, pero sí un surtido de pastillas que me hacen debatirme entre el melatomo-nomelatomo todas las noches

EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

El Árbol Caído

domingo 14 de septiembre de 2014  

¡Eh, que me puedo equivocar! Dicho esto, opino que en nuestro país somos perezosos para el activismo ciudadano. El activismo ciudadano no consiste sólo en salir a la calle con las manos en los bolsillos a mostrar tu desacuerdo, el activismo ciudadano exige esfuerzo, información, y en algunos casos, profesionalidad. Sabemos de ciudades europeas o americanas en las que los activistas han tirado por tierra el proyecto de un arquitecto estrella. ¿Lo han logrado arguyendo simplemente que no les gustaba? No, si han podido tumbar una decisión municipal es porque contaban con profesionales que estudiaban la propuesta y elaboraban un ensayo en contra de una intervención que afectaría a todos los ciudadanos. Hasta para estar en contra necesitamos más preparación. Ando rumiando esto mientras paseo por el finalmente terminado Mercado de Barceló. Ha sido una obra de años, que afectaba a varias calles situadas en el corazón de Madrid. El resultado ya está a la vista. Aunque es tan confuso que mientras escribo este artículo me cuesta recordarlo.

EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

© Elvira Lindo 2021