Los Niños Son Monárquicos
Hoy es jueves. Es decir, en el momento en el que junto estas letrillas para que les lleguen a ustedes el domingo. Jueves, víspera de Reyes. Como el cuerpo responde a los estímulos que aprendió en la infancia, esta tarde oscura de invierno, a pocos minutos de que el chiquillerío se apodere del centro de las ciudades para ver a tres monarcas a los que nadie pide cuentas, monarcas que (afortunados ellos) no tienen yernos, y cuya monarquía no se resiente cuando, con el crecimiento, se acaba la fe de sus súbditos, dado que, de inmediato, hay otro batallón de criaturas dispuesto a rendirles pleitesía, yo, digo, la que junta letrillas una víspera de Reyes, tengo el cuerpo inquieto y el alma ilusionada. No tanto como para poner zapatos en la ventana, pero puedo asegurar que como mañana me levante y no haya un paquetito con un lazo (a mi edad, cuanto más pequeño el paquete, mejor) me sentiré desolada.