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Ondas De Radio

viernes 3 de noviembre de 2017  

El 10 de octubre caminaba arrastrando mi pesadumbre hacia el Thyssen, que estos días cumple su 25º aniversario, escuchando la radio. La tarde del 27 de octubre volvía a casa desde un Congreso de Mujeres Juristas por la Igualdad concentrada en las voces de la radio. No hace tanto que veíamos pasear a los abuelos con el transistor pegado a la oreja. No hace tanto tampoco, porque el tiempo pasa en la vida como en la radio, volando, que al volver de la escuela merendaba con la muchacha; escuchábamos un programa de coplas dedicadas y yo la observaba llorar su orfandad concentrada en la música mientras cosía su ajuar. Mis recuerdos establecen conexiones sinestésicas y las canciones de entonces saben a foie gras o a mantequilla espolvoreada con colacao. No hace tanto que guardaba silencio para que mis tías escucharan la novela. No hace tanto que, tras unos años adolescentes de despreciar una radio que me olía a rancio, volví a encontrar en las ondas una compañía que no llenó nunca la televisión, ni tampoco (perdón) el periódico. Porque no hay nada que supere el lazo íntimo que establece una voz con sus oyentes. A los seres queridos que se nos fueron los recordamos de vez en cuando en los álbumes de fotos, pero es al encontrar de pronto una vieja grabación cuando el pasado se nos vuelve presente. La voz es lo que antes se pierde y lo que más se añora. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

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