Por Las Pintas
La noche del sábado 17 una historia de terror real, de las que quitan el sueño, se clavó en el corazón de muchos catalanes, tantos como para hacer que un documental se convirtiera en uno de los programas más vistos de la televisión catalana. Me refiero, imaginarán, a #CiutatMorta, la película que narra la pesadilla de cinco jóvenes que el 4 de febrero de 2006 fueron detenidos, torturados y finalmente condenados sin pruebas concluyentes de haber participado en la agresión a un guardia urbano que quedó tetrapléjico a consecuencia de un objeto contundente que alguien arrojó desde un balcón. Son dos horas de prolijo documental narrado de manera escrupulosa que nos conduce a través de una noche de pesadilla en la que la guardia urbana acude a disolver una fiesta okupa, pero al encontrarse con una baja en sus filas, acaba deteniendo arbitrariamente a unos chicos que pasaban por allí, les da de hostias y los lleva a un hospital donde, puestos a sumar despropósitos, añade a la lista de los cuatro detenidos a una joven, Patricia Heras, que había acudido a urgencias para curarse una brecha en la cabeza provocada por una caída de la bici. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ >>