Feos en la Calle
No hay manera de zafarse de esta realidad. Es la que nos ha tocado en suerte. ¿No queríamos emociones? ¡Toma ya, momento histórico! Creíamos que la única forma de agitar las caducadas ideologías era desempolvar los rencores de nuestra guerra. No sabíamos, ay, lo que nos deparaba el futuro. Y esto es ya el futuro. El futuro implacable que llama a diario a los que tenemos algún tipo de tribuna pública. Son los lectores los que se están encargando de ponernos al cabo de la calle. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>