Campanas de Boda
Diga usted que sí, buen hombre, siga creyendo que el matrimonio es solo entre un hombre y una mujer. Siga usted creyendo que los elefantes se llaman elefantes porque Dios otorgó a Adán el derecho a dar nombre a otros seres vivos (inferiores, naturalmente, según la Iglesia Católica). Siga usted creyendo, hombre sobrado de razón, que los diccionarios son enormes continentes de palabras a las que jamás ha de modificarse el significado. Es decir, que si la Academia del siglo XVIII certificó, un suponer, una definición para los bastardos, los hijos ilegítimos o las relaciones contra natura, ¿quién es el pueblo llano para modificar un significado por un cambio de costumbres o de moral? Amigo, siga usted en sus trece. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>