En busca de un hijo
sábado 21 de noviembre de 2015
No deja de resultarme chocante en el caso de Asunta, la niña asesinada hace dos años, que fueran sus padres los que decidieran acabar con ella. Hay madres y padres asesinos, los hay, pero cuando se conoce, por experiencia propia o por la de amigos, la angustia que conlleva un proceso de adopción casi todos los finales resultan posibles menos el de truncar una vida que se ha deseado tanto. Es como si una mujer que se hubiera sometido a uno de esos desestabilizadores tratamientos hormonales para quedarse embarazada tratara luego de librarse de la criatura que tanto le costó concebir. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>