La Vida Misma
Lo veremos. En un futuro cercano, los niños de las limpiadoras que vinieron de Ecuador, de Guinea o Polonia, los hijos de los obreros que llegaron desde Rumanía o Marruecos, los nietos de los dueños de tiendas chinas, contarán su versión de los hechos. Entre todos ellos habrá alguno que escriba libros, dirija películas o escriba artículos; todos aportarán modismos del idioma que hablaron sus padres y nos harán entender que la visión que teníamos de nosotros mismos era estrecha e insuficiente. Esa es parte de nuestra esperanza. En ciudades como Buenos Aires o Nueva York, la cultura del siglo XX tuvo el colorido de la inmigración y la mejor literatura nació de ella. Antonio (Muñoz Molina) y yo tuvimos la suerte de organizar un acto literario en torno a esa idea en la Universidad de Nueva York. Era un evento literario sin literatos (a veces se agradece). Buscamos cuatro personas de procedencias dispares que hubieran venido a labrarse un futuro en esta ciudad. Les animamos a contar la novela de su vida.
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