Trabajos Forzados
A los cinco años vi por primera vez Mary Poppins. A los cinco años caminé por primera vez, de la mano de mi madre, por la Gran Vía de Madrid. A los cinco años vi por primera vez un negro que se cruzó con nosotros en la Gran Vía. A los cinco años vi, por vez primera, el luminoso del edificio Carrión, que por entonces no era aún el de Schweppes. A los cinco años quise ser Julie Andrews, volar en paraguas y cantar conDick Van Dyke supercalifragilisticoespialidoso. A los cinco años me entraron unas prisas terribles por ser adulta. Hoy, después de cuarenta y cuatro años, después de haber visto lo menos una docena de veces Mary Poppins; después de odiar a Julie Andrews en mi adolescencia para volver a amarla ahora, cuando ya soy capaz de admirar la cursilería.
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