Calumnia que algo queda
Ya está. Lo consiguieron: el presidente de Estados Unidos, un negro que tiene Hussein como segundo nombre, ha mostrado su partida de nacimiento, y ese ser llamado Donald Trump, el último en apuntarse a las sospechas sobre el «verdadero» origen de Obama, se ha tomado este gesto como una victoria. Lo es: lo que viene a demostrar esa partida de nacimiento enviada a todos los medios de comunicación acreditados en la Casa Blanca es que siempre hay público para la estupidez. La prensa lo sabe y lo explota. Mi impresión es que cuando Barack Obama, en el encuentro con los medios esta semana, dijo aquello de «no quiero terminar sin decirles algo», no estaba utilizando a los periodistas para que sacaran de dudas al millonario Trump sobre su lugar de nacimiento; no, Obama estaba dirigiéndose a aquellos a los que se les supone oficio para seleccionar la información, para acreditar su veracidad y no dar pábulo a rumores sin fundamento.
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