Matando Cerditos
El País: «MATANDO CERDITOS» Leer el pregoncillo de San Antón en la calle de Hortaleza es el acto público más tierno al que una se puede enfrentar. Subida en un estrado en mitad de esta estrecha calle cercana a Chueca la pregonera puede mirar a los asistentes, contarlos, incluso bajar y saludarlos uno a uno. Es una manera de comprobar, una vez más, que Madrid tiene momentos sublimes en que quiere seguir siendo pueblo. Junto a mí, sonriente y algo abstraído, el padre Ángel, ese cura singular que abre las puertas del templo a los mendigos para que se cobijen por la noche, que ofrece a los fieles pantallas en conexión directa con el Vaticano y que regala wifi tanto a los que creen como a los que no. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>