Humillados e Indefensos
Usted lo recuerda. Yo también lo recuerdo. Cuando pasa el tiempo cada uno rebusca en su memoria y cuenta el momento en que advirtió que algo tremendo acababa de pasar. Son esas narraciones orales que se rumian o se cuentan todos los 11 de marzo las que conforman una sinfonía expresionista de recuerdos que conmemora a las víctimas y transmite calor a sus seres queridos. Espero que sea eso lo que perciban los familiares de los muertos, al menos que lo sientan por encima de todo lo turbio que enfangó desde un principio la tragedia, que nuestro afecto limpio —libre de maniobras políticas, teorías conspirativas y una asquerosa voluntad de sacar provecho comercial del asunto— alivie su dolor sin consuelo. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>