Evidentemente
Abres una mañana el periódico y te encuentras de pronto con que es el Día del Español. Vaya. Me parecería bien si cada año se tratara de un español en concreto. Por ejemplo, este año bien hubiera podido ser el día de Xabi Alonso. Lo encontraría incluso justo y necesario. Nuestro deber y salvación. Pero no. Lo de “el español” se refiere al idioma. La celebración del español siempre desemboca en declaraciones cursilísimas que igualan a académicos y artistas. La prensa nos recuerda el número de habitantes del planeta que lo hablamos y los famosos ponen la guinda eligiendo su palabra favorita. Dicen, “amor”, “ternura”, “madre” o “solidaridad” y se quedan tan frescos. Si me preguntaran a mí diría que mi palabra favorita es “evidentemente”. Es un adverbio que te da como un aire de dominar el asunto, aunque no tengas ni puta idea. Y si se trata de escribir columnas, con cinco “evidentementes” colocados de manera estratégica tienes escrito un artículo. Es una palabra que suelo recomendar a los columnistas que empiezan.