Fuera de España
El extranjero ya no es lo que era. Por eso, cuando alguien se cree en el derecho de desautorizar tu opinión por aquello de que vives fuera es porque seguramente tiene una idea anacrónica de lo que es el extranjero. Yo no he vivido el extranjero cuando estaba en sus momentos de esplendor, es decir, cuando no había manera de combatir la distancia física y uno se comunicaba con los suyos en cartas que tardaban meses en llegar. Por aquel entonces, no se había inventado la palabra desconectar, pero lo que se producía era, sin duda, una desconexión absoluta de tu mundo de origen. El extranjero era un lugar remoto; lo sigue siendo hoy para aquellos que llegan a Europa desde los países pobres. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>