Los Verdaderos Antisistema
No aprenden nada. Y de ese su no aprender vamos a salir perdiendo todos. No aprenden. Son una bomba para el sistema que dicen defender. Más complejo aún: son una bomba para el sistema que a ellos mismos les conviene. Una bomba que lleva ya unos cuantos años a punto de estallar, tan a punto está de pegar el petardazo que hay mañanas en que una se levanta y no se atreve a conectar la radio por si lo que siente de pronto es un tremendo silencio. No aprenden. Piden perdón y pretenden que eso toque alguna fibra sensible, pero el corazón de quienes les escuchan ya está completamente endurecido. Perdón y qué, ¿y tres padrenuestros? Esto no es una escuela, ni un confesionario, esto es un país de ciudadanos que de la indignación pasaron esta semana al temor, al temor al futuro, que pinta negro.