Por Su Grandísima Culpa
domingo 18 de noviembre de 2018
Como imagino que les ocurría a todos los niños que asistían a la misa dominical, me sobrecogían esas palabras en las que había que confesar que se había pecado de pensamiento, palabra, obra u omisión. Por mi culpa, se decía, por mi grandísima culpa. No había grandes culpas en mi haber, salvo las travesuras propias de la infancia, pero la oración conseguía provocarme un estado de ánimo en el que lo importante no eran los hechos, sino la asunción de un pecado impreciso. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>