No Te Hagas Vieja
Nuestras abuelas, aquellas que nacieron a finales del XIX o principios del XX, parecían viejas casi inmediatamente después del primer parto. Generalizo, claro, pero ya lo he dicho otras veces: si no generalizo no escribo. Era dramático ese cambio físico que nuestras abuelas experimentaban (sigo generalizando). En esa foto que le hicieron a nuestra abuela cuando «se puso de novia» con el que luego sería su marido resulta tan joven que casi parece una niña a la que han disfrazado de adulta. Tiene la cara de susto que se les ponía (en general) a los retratados. Nadie estaba acostumbrado a mirar a la cámara con la ligereza con que ahora certificamos cada paso que damos en la vida.