La Becaria de Turno
DON DE GENTES: LA BECARIA DE TURNO: Antes de que Obama fuera un presidente con el liderazgo en entredicho, quiero decir, cuando Obama estaba en la cima de su popularidad, quiero decir, al principio de su victoria, qui-cir, cuando ni tan siquiera le habían dado aquel insólito Nobel de la Paz, nos reunimos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid unos cuantos expertos y yo, que no soy experta ni falta que me hace, porque hay ocasiones en que cuando ellos van, yo vuelvo. Compartíamos mesa cuatro grandes hombres, Fernando Vallespín (politólogo), Carlos Westendorp (exembajador en Washington), un asesor demócrata del equipo obamesco del que no recuerdo el nombre, y yo, que como he oído cienes y cienes de veces, no necesito presentación. Ah, y López Aguilar, que se picó cuando apunté que Obama manejaba como nadie el arte de la oratoria, y añadió que en realidad usaba el autocue. Yo le dije, vale, pero otros no saben hablar ni con el autocue. No es el caso de Aguilar, que tiene capacidad para pronunciar discursos de longitud castrista. Al americano, sin embargo, le hizo mucha gracia mi teoría de que una de las medidas más astutas de Obama había sido contar con Hillary, pero nombrándola secretaria de Exteriores, a fin de tenerla lejos. Quiero decir que lo pasamos bien y que el público celebró las bromas y los descaros, algo que se echa en falta en estos días en que nadie está para bromas.