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El Genio

miércoles 9 de marzo de 2011  

El día en que se hicieron públicas las perlas que el genio Galliano soltó por la boca imaginé cuántos subordinados de supuestos genios que hay en el mundo creativo estarían pensando, si yo hablara de mi jefe… No hay nada más corrosivo para un carácter narcisista que un grupo de aduladores sirviéndole de escudo ante la realidad y atribuyéndole el papel de genio en la comedia humana. Es una palabra corrosiva. Genio. Una palabra pronunciada alegremente por aquellos que viven tan encerrados en el mundo de la moda, por ejemplo, que no pueden pensar ni por un momento que tal vez sea exagerada esa consideración.

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Boy

miércoles 2 de marzo de 2011  

Cuando escuchamos a un negro americano pronunciar el célebre «hey, man», lo interpretamos como el «oye, tío» que tantas veces aparece en nuestro idioma. Pero el hecho de que ese «man» sea más común entre los negros tiene una dolorosa razón de sobra conocida en los Estados Unidos: no hace tantas décadas que los blancos utilizaban el «boy» para dirigirse a un negro. Ya podía el negro ser un anciano que nunca abandonaba su categoría de «chico», siéndole negada de por vida la mayoría de edad. Los negros sustituyeron con el apelativo «hombre» aquel humillante «chico» al que tantas veces se vieron obligados a responder.

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Cáncer

miércoles 23 de febrero de 2011  

Cáncer, esa palabra: se utiliza cuando se habla de supervivientes y se borra cuando se ha cobrado una vida. El eufemismo «larga enfermedad», usado con la buena intención de no desanimar a los que luchan contra ella, ha conseguido el efecto contrario: perpetuar el tabú en torno al nombre que la define y, por tanto, a la propia dolencia. Precisamente el día en que Esperanza Aguirre anuncia que se tiene que operar de un cáncer de mama ando yo leyendo un libro que ofrece una reflexión sobre las trampas del pensamiento positivo.

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Abucheos

miércoles 16 de febrero de 2011  

Hay un actor español que dentro de poco se presentará de esmoquin en la gala de los Oscar. La ideología, contra lo que se suele creer en España, no se lleva ni en la ropa ni en las formas. Alguien que «sabe estar» no es de derechas ni de izquierdas, es, simplemente, más educado. En los países en los que el cine forma parte intrínseca de la cultura popular eso se entiende perfectamente. Lo entienden los integrantes del gremio. Saben que no solo se hablará de los premios, también de los vestidos, las joyas, las miradas, la simpatía o la falta de elegancia. Es así. En Hollywood como en Cannes. En el libro Recordando a Kate, la Hepburn cuenta cómo durante años se negaba a ir a la ceremonia.

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Un Cero

miércoles 9 de febrero de 2011  

La boina ha vuelto. Madrid y Barcelona se la han encasquetado desde hace semanas y, mientras no cambie el tiempo, no habrá manera de que el tejido se haga más liviano. De la contaminación suelen acordarse los Gobiernos cuando la boina ennegrece sobre nuestras cabezas; cuando un reglamento exterior llama al orden o cuando es imposible ocultar que han aumentado los ingresos hospitalarios.

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Aire Fresco

miércoles 2 de febrero de 2011  

Poco a poco el español se tendrá que ir vacunando contra esa desconfianza que le produce el que se va a vivir fuera. Provocaba una simpatía lógica el obrero que se veía obligado a emigrar al norte de Europa en los años del desarrollo, y un resquemor torvo quien se marchaba por aburrimiento o porque buscaba nuevos horizontes en un tipo de trabajo cualificado. Hoy sigue siendo una experiencia común a aquellos jóvenes profesionales que trabajan en el extranjero que, al volver a su pueblo o a su barrio, se les desautorice cuando opinan sobre algo que sucede en España: «Tú es que como vives fuera ya no sabes de qué va esto».

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Hacer y Destruir

miércoles 26 de enero de 2011  

Hacer siempre es difícil. Hacer una mesa sólida, dar una buena clase, preparar una comida sabrosa, escribir un artículo redondo, pintar un cuadro misterioso, cortar un vestido elegante, crear una novela memorable, componer una canción para recordar. Hacer algo bien es siempre difícil. Pero, si me apuran, aunque el resultado no apunte a la excelencia, la mesa no sea práctica, la clase resulte tediosa, la comida insulsa y la canción olvidable también habrá detrás un trabajo. Hacer supone un riesgo. No siempre los resultados son como uno espera. Sea como fuere, me merecen más respeto los que hacen que los que, protegidos por su inactividad, se dedican solo a reaccionar ante las obras de otros.

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El Cuento

miércoles 19 de enero de 2011  

Vivir del cuento. A eso es a lo que, al parecer, se dedican los descendientes de los escritores una vez que estos han muerto: a vivir del cuento. No un año ni dos, ¡70! Setenta años sin dar ni palo al agua. Así lo hemos podido leer varias veces en los últimos tiempos. Javier Marías salía al paso este domingo de esta afirmación convertida ya en lugar común defendiendo el derecho que iguala al creador con el resto de los trabajadores, aunque en el caso de la escritura o de la música las herencias tengan fecha de caducidad.

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Juguemos

miércoles 12 de enero de 2011  

Jugar en la calle. Jugar en grupo. Esa es la actividad extraescolar que un grupo de educadores y psicólogos americanos han señalado como la asignatura pendiente en la educación actual de un niño. Parecería simple remediarlo. No lo es. La calle ya no es un sitio seguro en casi ninguna gran ciudad. La media que un niño americano pasa ante las numerosas pantallas que la vida le ofrece es hoy de siete horas y media. La de los niños españoles estaba en tres. Cualquiera de las dos cifras es una barbaridad. Cuando los expertos hablan de juego no se refieren a un juego de ordenador o una playstation ni tampoco al juego organizado por los padres, que en ocasiones se ven forzados a remediar la ausencia de otros niño.

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Humo

miércoles 5 de enero de 2011  

Vaya por delante que pertenezco a ese tipo de personas que si se puede fumar un pitillo después de una cena se lo fuma, y que si está prohibido, se contiene. No lo cuento porque sea un hecho de interés general sino por aclarar dos cosas: no mantengo una posición fanática antitabaco, y me encuentro entre ese gran grupo de ciudadanos de carácter flexible, mucho más numeroso, por cierto, de lo que podría pensarse si uno diera crédito a la versión de que aquí hay dos bandos, el de los amantes de la libertad y el de los defensores de la salud.

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