A la Calle
“Los problemas no se resuelven con manifestaciones”, ha dicho el ministro Wert. Lástima que la historia no le conceda la razón: en una mayoría significativa de los casos se sale a la calle cuando otras medidas de presión han fracasado. Lo de Valencia viene de lejos. Antes de los recortes, antes de la crisis, antes de que fuera conocida una trama llamada Gürtel. El insulto de las autoridades valencianas a la educación pública viene de cuando se despilfarraba el dinero en edificios chiripitifláuticos, en recibimientos hollywoodienses al Papa o en proyectar la destrucción de El Cabañal con una codicia especulativa que helaba la sangre. Porque mientras la alcaldesa soñaba con derrumbar casitas del modernismo popular para edificar apartamentos y abrir una gran vía al mar, padres y maestros ya se andaban manifestando porque había niños dando clase en barracones.