A Lo Suyo
Cada cual tiene sus pesadillas recurrentes. Una que con frecuencia asalta mis sueños es la de encontrarme en un examen, pero no de vuelta a la niñez, sino en este presente, a mis años: estoy sentada en un pupitre ante un papel en blanco y no sé nada. Nada de nada. En ese momento siento una indefensión infantil y una vergüenza adulta. De niño sueñas con acabar la escuela, pero nadie te previene de que la vida laboral es un examen continuo. NADA más lógico que la ansiedad diaria se traduzca en el sueño como una prueba para la que no estás preparado. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>