Insostenible
Nadie sabe cómo va a reaccionar ante una situación dramática. Nadie lo sabe. Más nos vale no presumir jamás de valentía. Pero sí se sabe algo de cómo se responde colectivamente a una catástrofe. Cuando se hablaba estos días pasados del ejemplar comportamiento del pueblo japonés, yo recordaba esos dos grandes atentados que viví de cerca, el 11 de septiembre neoyorquino y el 11 de marzo madrileño. Un sentimiento de solidaridad contagioso inundó las dos ciudades y no se puede decir que se produjera una respuesta histérica: a pesar de que Manhattan es una isla; a pesar de la inaceptable desinformación con que se gestionó el atentado de Atocha.
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