Mentes Y Balas
jueves 20 de diciembre de 2012
Que hay países todavía más divididos que el nuestro no debería ser un consuelo, pero nos evita por una vez el manido discurso catastrofista. Y es que, en efecto, no somos los únicos que aprovechando las brasas de un suceso violento nos lanzamos a enfangarnos en discusiones que jamás acabarán en un debate real. Parece que solo hay dos maneras de encarar la masacre de Connecticut, dejando a un lado que a cualquier persona emocionalmente bien equipada la irrupción del crimen en un lugar sagrado como es la escuela le sacude las entrañas.