Indignados
¡Como que no iban a faltar los que en tono burlesco se refieren ahora a la protesta en las plazas de España! El Partido Popular hizo su lectura del asunto: son jóvenes que van a castigar al Partido Socialista. Es una manera torcida de interpretarlo; dentro de esa multitud de indignados estaba gente como yo, que no estuvo físicamente en una plaza, pero comparte en esencia esa indignación. En mi caso, y en el de algunos otros, sin aspirar a la revolución y conformándonos con algo más modesto: una democracia insulsa en la que no se permita el aprovechamiento del poder público, en la que no se ahogue a la sociedad civil a fuerza de convertir un país en el huerto de uno u otro partido; una democracia en la que se respire decencia. Decencia, esa es la palabra que resumía el sentir popular, y justicia, para que la crisis no recaiga sobre los hombros de los desfavorecidos.