El intruso
Confieso que me adentré en el Federico Sánchez se despide de ustedes de Semprún animada por ese calor que desprende la obra de quien acaba de marcharse. Sean cuales fuesen los motivos, abrí el libro y me quedé literalmente atrapada. De todos los episodios históricos que Jorge Semprún viviera en primera persona, tal vez el menos vibrante fuera su paso por un Consejo de Ministros de un país ya democrático; sin embargo, la perspicacia política y psicológica con que sabe contar cómo el aparato de los partidos asfixia los talentos individuales convierte esta narración sobre su experiencia como ministro de Cultura en todo un tratado sobre el poder.