La Tontería
No hay abono más potente para una religión que el sistema político que la prohíbe, o al contrario, que la exalta. La religión que pretende mantenerse como la esencia de un país encuentra terreno fértil en las dictaduras. No hay ejemplo más cercano que el nuestro, esa Iglesia católica que colaboró con entusiasmo en la humillación de los vencidos, y no hay ejemplo más curioso que el chino, un sistema autoritario que consigue a fuerza de perseguir el culto religioso que este se haga tremendamente popular, como así ocurrió en Cuba, donde la visita del Papa tornó en acto reivindicativo.
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