Barbarie
Nos quedaba la tibia esperanza de que la crisis, al menos, contuviera los nuevos proyectos de destrozo del medio ambiente y del patrimonio histórico que tan afectados se han visto en estos pasados años de desatada fiebre urbanística. Pero no nos van a dejar ni el humilde optimismo de pensar que la falta de dinero tendría como consecuencia positiva que no se iban a acometer más proyectos insensatos. Qué ilusos. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>