Boy
Cuando escuchamos a un negro americano pronunciar el célebre «hey, man», lo interpretamos como el «oye, tío» que tantas veces aparece en nuestro idioma. Pero el hecho de que ese «man» sea más común entre los negros tiene una dolorosa razón de sobra conocida en los Estados Unidos: no hace tantas décadas que los blancos utilizaban el «boy» para dirigirse a un negro. Ya podía el negro ser un anciano que nunca abandonaba su categoría de «chico», siéndole negada de por vida la mayoría de edad. Los negros sustituyeron con el apelativo «hombre» aquel humillante «chico» al que tantas veces se vieron obligados a responder.
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