Vivir Sin Comer
Cada vez es más frecuente compartir mesa con personas que consideran que han de informarte de los nutrientes que contiene cada alimento que hay sobre el plato. Si pides sardinas te recuerdan su alto contenido en Omega-3; si la cosa va de brócoli cómo obviar sus propiedades anticancerígenas; si se come con té (cada vez más frecuente) se celebra su potencial antioxidante y diurético; si la ensalada lleva nueces se comenta el poder energético y las bondades cardiovasculares; si se trata de salmón hay que recordar que con cada bocado estamos dándole la patada al colesterol malo; el kale aliñado con un poquito de aceite no engorda, sacia y nutre como ninguna otra col; si preparamos una tortilla blanca, sólo con claras, nos deshacemos de aquello que nada aporta y sólo engorda, y así hasta el infinito. Yo, lo confieso, no puedo con tanto. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ – >>