Cuando llegues a vieja
Una parte de la vida se la pasa uno ignorando que se hará viejo. Tal vez carecer de esa imaginación prospectiva es sin más un mecanismo de defensa. En la otra parte de la vida, cuando llegamos a la madurez, somos conscientes de que el proceso de decadencia puede ser lento, pero implacable. Percibimos lo rápido que se llega al final. Por eso creo que la edad mediana, el ecuador, es la de mayor clarividencia si se está dispuesto a entender cómo los años condicionan nuestro comportamiento. Yo voy por la calle cumpliendo las normas. Asumo que estoy en la edad de cumplirlas: no soy niña, no soy adolescente, ni tan siquiera una vieja a la que todo resbale. Siento en mí el peso del mundo. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>