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Fuimos Testigos

miércoles 11 de enero de 2012  

Como la memoria es débil podemos caer en el error de que todo ocurrió a nuestras espaldas. El enriquecimiento de Matas, los trajes de Camps, Gürtel, el proyecto Palma-Arena, los negocietes gaseosos del yerno, los aeropuertos fantasma, las ciudades diseñadas por un mismo arquitecto, las televisiones autonómicas deficitarias e hinchadas de plantilla, los ERE falseados, los periodistas al dictado de las autoridades, los viajes de políticos autonómicos al extranjero con un séquito en el que iban incluidos periodistas destinados a hablar del impacto de la visita de su presidente, el alquiler de uno de los salones del Waldorf Astoria (por ejemplo) para presentar un premio de poesía granadino.

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Justos Por…

miércoles 4 de enero de 2012  

Unos días antes de que los directivos de las cajas torcieran el gesto ante la idea de que se publicaran sus sueldos, la Revista de Libros, financiada por la Fundación de Caja Madrid, anunciaba su cierre. La Revista de Libros era una publicación austera y prestigiosa: las firmas invitadas cobraban honorarios simbólicos. No sé de cuánto dinero deberían prescindir el presidente y el consejero delegado de Bankia para sostener de manera filantrópica dicha revista, pero, dadas las cantidades anuales que reciben, estoy convencida de que el aporte no les descabalgaría el presupuesto.

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Lo Sabíamos

miércoles 28 de diciembre de 2011  

A quienes afirman que Madrid se ha transformado en una ciudad conservadora yo les diría que la clave no está en quién venció en las elecciones sino en quién las ha ido perdiendo. Los socialistas, por razones que se me escapan, no han calibrado, tras la muerte de Tierno, la importancia de esta ciudad.

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Viejunos y Cansinos

sábado 24 de diciembre de 2011  

Yo vengo de la generación del SÍ o el NO. La generación del SÍ o el No nació en la década de los sesenta, como quien esto escribe. La generación del SÍ o el NO también corresponde a los que vinieron a este mundo en los cincuenta. La generación del SÍ o el NO, a la cual pertenezco sí o sí, es un poco cansina. También la definiría como viejuna, tomando prestados los adjetivos de esos generadores de vocabulario juvenil que han sido los de Muchachada Nui. La generación del SÍ o el NO, a la que también podría denominarse generación del Blanco o Negro, lleva toda la vida impartiendo doctrina y negándole el pan y la sal al adversario. La generación del SÍ o el NO, a la cual pertenezco sin orgullo, tenía respuestas para todo; cada momento de la vida tenía su sí o su no inmediato y sin fisuras. Veamos algunas casillas de nuestro sistema de clasificación: películas de Walt Disney, NO; Joaquín Sorolla, NO; El amor brujo, NO; el folk rural, SÍ; la barba en los hombres, SÍ; el vello en los sobacos femeninos, SÍ rotundo; los dibujos animados checoslovacos, SÍ; los musicales americanos, NO; Martin Luther King, NO; Malcolm X, SÍ; Louis Arsmtrong, NO, en cambio, Miles Davis, SÍ; los perros, NO; los gatos, SÍ, que no son serviles; los cuentos de brujas, NO; los Beatles, NO; los Rolling Stones, SÍ; arte abstracto, SÍ; figurativo, NI DE COÑA; pana, SÍ; pantalón de tergal con raya, NO; Borges, NO, por facha; Cortázar, SÍ.

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A Mí Me Sirve

miércoles 21 de diciembre de 2011  

Ha surgido en esta época un tipo de admirador de la neurociencia que establece con esta materia la misma relación que el beato tiene con la fe o el fanático con una ideología absoluta. En realidad, siente la misma necesidad imperiosa de creer en algo, y piensa, como cualquier creyente, que está en poder de la verdad. Me resulta curioso no haber encontrado jamás entre los científicos que conozco esa concepción de la ciencia como dogma. Tengo un amigo físico, que tras pasarse el día observando las correrías de unos ratoncillos que han de ayudarle a entender la memoria espacial, recorre la ciudad de punta a cabo para tumbarse en un diván y visitar, con la ayuda de un viejo psicoanalista, algunos pasajes de su memoria que aún le hacen daño. Alguna vez le he preguntado, ¿es compatible un trabajo tan riguroso con una terapia tan especulativa? Y él me contesta de manera contundente, «a mí me sirve». Si quisiera, tendría a su disposición tratamientos químicos para reducir la ansiedad, pero ha optado por la reflexión intelectual. Y es que hay algo misterioso en el alivio del dolor. A veces, el dolor se atenúa con una visita al médico si el médico sabe mirar a los ojos del paciente.

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La Limosnilla

miércoles 14 de diciembre de 2011  

Cayetano de Alba le dijo a Jordi Évole que no había visto Los santos inocentes. Lo dijo de una manera que parecía que la había visto, pero no quería hablar de un argumento que le incomodaba. Hablaban de la película. No parece que Cayetano hubiera leído la historia que Delibes concibió sobre señoritos y humillados. Hay literatos que desprecian el realismo, pero qué sería de nosotros si el hombre observador y discreto que fue don Miguel no nos hubiera contado que la esclavitud en el campo castellano llegó hasta los setenta.

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Las Teles

miércoles 7 de diciembre de 2011  

La alegría ha vuelto a Telemadrid. Concretamente, a los informativos. Aunque los índices económicos sigan siendo nefastos, se trazan comparaciones entre cómo estaba la prima antes de las elecciones y lo que ha mejorado dicha prima después de ganar el PP, y se concluye que la cosa ha mejorado considerablemente antes incluso de que Rajoy abra la boca para decir, de una vez, quién va a ser nuestro ministro de Economía. El tono apocalíptico y el gesto grave que teñían los editoriales nocturnos y que mandaban al espectador a la cama con la seguridad de que al día siguiente España se habría hundido ha cedido el paso a un mensaje esperanzador. Este tipo de vaivenes en los estados de ánimo de la tele castiza es lo que para María Dolores de Cospedal representaría la objetividad, según se puede deducir de aquel célebre reproche que le hizo en directo a la presentadora Ana Pastor sobre la falta de ecuanimidad de TVE durante el periodo de Zapatero.

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La Derrota

miércoles 30 de noviembre de 2011  

Vaya, vaya. De acuerdo que nadie dice en público lo que confiesa en privado. Pero se agradece el intento de que las dos posiciones, la pública y la privada, convivan con un mínimo de coherencia. Nunca me pareció Zapatero el gran hombre de Estado que otros veían en él y algunas veces hube de callarme porque, al principio, cuando la burbuja de la felicidad aún flotaba y la política podía permitirse el lujo de manifestarse a través de gestos, el bautizado como ZP provocaba tal encandilamiento en sus defensores que se te revolvían agresivos si al gurú le ponías alguna pega. Pero aun no habiendo participado en el coro de entusiastas jamás creo que le dedicaré palabras tan duras como las que algunos socialistas pronuncian ahora en público contra él. Ahora, claro. Porque durante los años zapaterianos el descontento de la vieja guardia socialista solo se dejaba oír en las sobremesas de algunos restaurantes y en las esquinas de algunos pasillos.

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Al tiempo

miércoles 23 de noviembre de 2011  

En los días previos a la jornada electoral hervía en las redes sociales el siguiente comentario, «la cosa se va a poner como para irse de España». Hace 15 años, cuando las encuestas auguraban la victoria de Aznar y las opiniones se escuchaban en los bares y no en los foros del ciberespacio, un grupo de artistas aseguraba lo mismo, ante unas cañas, en el parque del Retiro. Que se iban a ir de España, decían. El fin de esa historieta es que no solo no se marcharon, sino que alguno, de nombre bien conocido, se fue dejando arropar más de lo imaginable por el nuevo partido en el poder, hasta convertirse en lo que es hoy, uno de ellos.

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Conversación

miércoles 16 de noviembre de 2011  

Tanto amor por los libros, dice tener, aunque eso no implique respeto a quien los crea. No me refiero solo respeto hacia quien de manera insensata y disciplinada se empeña en inventar historias, sino a quien las corrige, diseña las portadas, al ilustrador, al editor, y sí, al empresario. Cuánta preocupación por el futuro de los libros quiere mostrar mi interlocutora al preguntarme, poniéndome la mano sobre el brazo como si me anticipara un pésame, por el libro electrónico. Yo le contesto, con cierto desapego, huyendo de consideraciones lapidarias, que estoy segura de que los dos formatos serán compatibles, que hasta que no se demuestre lo contrario la industria editorial española está haciendo frente a la crisis con dignidad, y que solo los que hablan sin saber ignoran que la cultura es uno de los potenciales económicos de un país como el nuestro, tan carente de otras fuentes de riqueza.

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