Tras la publicación del artículo, Diez Negritos, en el que Elvira Lindo hablaba sobre sus experiencias como docente en un curso de verano, pensamos que les interesaría ver la charla que dio el martes en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander en el que está dirigiendo un taller sobre cuentos.
(si no pueden ver el vídeo en el reproductor que hemos publicado, visiten el siguiente enlace web)
«Creo que la fotografía y la música son dos artes de las que no podría prescindir, por eso, cuando me pidieron que me hiciera un vídeo para una acto del que ya os hablaré, le dije a Xavi que porqué no lo hacía teniendo como base una sesión de fotos. Y en una tarde las hicimos, sin posar demasiado, con la confianza de dos amigos. Con este vídeo queremos agradeceros, una vez más, lo fieles que sois a la página, la manera tan natural, educada e interesante con la que dais vuestra opinión. Lo repito una vez más: sigo vuestras intervenciones, las tengo en cuenta. Sé que a veces no estais de acuerdo con mis opiniones y os agradezco la manera en que expresais esa diferencia. A veces me preguntais cosas concretas. Dejad vuestro mail y trato de responder a vuestra pregunta. Alguien decía el otro día si no me daba miedo exponerme demasiado. No: distinto perfectamente entre lo que se puede contar y mi intimidad. Me gusta compartir estas pequeñas cosas de los días de diario. Muchos besos, e.»
«Hay muchas veces que lo que escribo no está relacionado con mi estado de ánimo. He escrito comedia en momentos difíciles y cosas melancólicas en épocas de gran armonía. El primer año de mi estancia en Nueva York mi vida fue muy complicada y mis artículos extrañamente alegres. Los lectores querían vivir en la ciudad de mis columnas. Ahora me alegro porque me doy cuenta de que si algo que nos salva de la desesperación es el humor»
Sigo a este hombre atractivo y vitalista por el centro de un Madrid de calor inusual, alfombrado de escombros. Lo sigo como si hubiéramos cambiado de pronto los papeles y ésta fuera su ciudad y yo la visitante. Vuelve la cabeza, me señala la gran grieta que fractura la calle de Preciados y dice con una sonrisa: «Un día van a encontrar el tesoro». En esa cálida mirada, en ese requiebro popular que podría haber dicho cualquier hombre común, hay algo del personaje que construyó para él el director Juan José Campanella en El secreto de sus ojos, la película que ha deslumbrado al público argentino y que ahora se estrena en España. +