Entre el Congreso y la realidad
Como no consigo involucrarme emocionalmente en ese grave y hasta el momento irresoluble problema territorial que dicen tiene España, siento que todas las presiones al posible gobierno de coalición que ya nos urge son lizas entre políticos que no sirven más que para alimentar la conversación repetitiva de tertulianos, que tratan de interpretarnos cada gesto con una precisión soviética. A los no avezados nos asaltan las dudas: ¿Qué se es antes, de izquierdas o independentista? ¿A quién se llevaría Esquerra a una isla desierta, a Junts o al Gobierno progresista? ¿Qué es más urgente, el marco territorial o los problemas que asfixian a los ciudadanos? Me sumerjo en la prensa y es como si me enfrentara a dos países diferentes, el de los que se toman un tiempo irritante en deshojar la margarita y el de aquellos a los que, por sufrir una situación vital angustiosa, el tiempo se les hace eterno.
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