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Empatía, la palabra maldita

domingo 3 de enero de 2021  

En los últimos tiempos, apelar a las necesidades urgentes de los humildes comienza a considerarse cursi, sentimentaloide y, aún peor, falso de toda falsedad, de tal manera que quien muestra alguna preocupación social en los altos lugares del pensamiento es acusado de buscar de manera baratuna la aprobación del público.

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Ella Y Los Calzonazos

sábado 6 de junio de 2020  

Esa irritante obcecación con el 8 de marzo es la consecuencia de una furia que se venía alimentando hacía tiempo. Hay una derecha para la que el feminismo es un grano en el culo, hay señores que no se consideran de derechas, pero que piensan como si lo fueran y detestan con tanta rabia a esas tías que denominan malas feministas como a esos calzonazos que las alientan y autorizan manifestaciones innecesarias. Hay una pretensión inconsciente de que las mujeres vuelvan al redil. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

4 Personajes de Lugares Que No Quiero Compartir Con Nadie

viernes 27 de enero de 2012  

Ayer, para la presentación de «Lugares…» en el Cervantes de Nueva York nuestro Xavi preparó un vídeo con algunos de los personajes que aparecen en el libro. Ellos hablan de sus vidas, leen algún párrafo del libro y nos abren las puertas de su casa. Un vídeo precioso y lleno de sensibilidad.

 

Lee las primeras páginas de Lugares Que…

lunes 14 de noviembre de 2011  

Esta mañana nos hemos levantado con ganas de regalarlos algo: aquí van las primeras páginas del libro. Ojalá que os quedéis con ganas de más. Qué emoción!

 

Una Nueva York Para Encontrarse

domingo 13 de noviembre de 2011  

Manhattan me hizo entender el mundo a través de los puntos cardinales, algo en lo que yo, con un desastroso sentido de la orientación, jamás había reparado. Ahora que vivo en el oeste puedo entender la manera tan singular en la que los barrios de esta ciudad dividen su personalidad según el sol incide sobre ellos. La gente del oeste (la mía, por así decirlo) suele observar con ironía a los habitantes del Upper East y encerrarlos en un estereotipo: blancos y ricos. Conservadores. Pijos. Por supuesto que hay gente que escapa a esta descripción, pero basta con caminar una tarde por Lexington, Madison o Park Avenue para confirmar que el estereotipo responde a una realidad tozuda y evidente.

Sea como sea, a mí el prejuicio no me afecta. Disfruto de una condición privilegiada: soy neoyorquina por la familiaridad que siento ya con la ciudad y soy extranjera porque no tengo raíces aquí. Fueron muchas tardes caminando sola por estas avenidas para no experimentar ahora una cercanía emocional cuando paseo por ellas, a pesar de que me aburren enormemente las tiendas de firma de Madison, esa especie de catedrales de la moda en las que se ha de entrar con reverencia y donde suele haber tan pocos clientes que resulta imposible pasar desapercibido si entras a echar un vistazo.

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Lugares Que No Quiero Compartir Con Nadie, nuevo libro de Elvira Lindo

lunes 17 de octubre de 2011  

Lugares que no quiero compartir con nadie, nuevo libro de Elvira Lindo

Aquí tenéis la portada de mi nuevo libro, sale el 17 de noviembre. Sobre Nueva York. La portada es de Xavi Menós y en el interior hay ilustraciones de Miguel. Estoy impaciente porque llegue a las librerías. Sois los primeros en verlo. Ay, qué nervios.

«Lo esencial, en Nueva York, está a la vista de todo el mundo. Esta es la historia de mi recorrido personal, de mi paseo diario, de mi nueva vida a partir de los cuarenta. Este libro es una trampa a mí misma: hablo de lugares que no me gustaría compartir con nadie, porque forman parte de mi vida cotidiana, no de una guía turística, pero ya se sabe, igual que el chismoso no puede evitar contar un secreto, el narrador cae siempre en el vicio de escribir lo que vive» Elvira Lindo

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Razones Para Matar

domingo 11 de septiembre de 2011  

Para mí, el 11 de septiembre ocurrió en octubre, porque tengo que confesar que a mi mente le costó interpretar lo que mis ojos vieron aquella primera mañana o todas las siguientes de aquel mes, cuando bajábamos hasta la calle Houston, donde la policía instaló la primera barrera para impedir la entrada a todo aquel que no anduviera en labores de rescate. Como el periódico no espera, ni esperan en las tertulias radiofónicas, me vi de inmediato escribiendo crónicas o interviniendo en la radio. Aquel mes que habíamos planeado como unas vacaciones familiares se convirtió en un periodo de intenso trabajo. No me hago responsable ahora de lo que opiné entonces y no porque lo hiciera frívolamente sino porque no entendía nada, aquello era demasiado grande para mí. Tal vez para todos, pero siempre me da la impresión, cuando leo columnas o escucho a contertulios, que los demás tienen o fingen una seguridad que a mí me falta.

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El Highline de Nueva York

jueves 11 de agosto de 2011  

 

Todo Vale

domingo 5 de junio de 2011  

Hay personas a las que no les gustan los musicales. ¡En serio! Yo he conocido a alguna. Y debo decir que las he observado muy atentamente, con gran asombro. Despiertan en mí tanta curiosidad como aquellos a los que no les gustan el chocolate, la patata, el tomate o el pan. Son los sabores que triunfan entre los niños: algo deben de tener para ser amados universalmente. Recuerdo a alguien que me dijo, «no me gustan los musicales porque me gusta el teatro». Esto me hizo pensar que hay personas que no quieren rebajarse a que les guste lo que gusta a una mayoría. O que piensan que aquel espectáculo en que los adultos disfrutan como niños no puede ser valioso. También hay quienes los desprecian porque los argumentos son tontorrones. Y es verdad, los musicales suelen tener un hilo conductor que apenas sirve de hilván para unir las canciones. Pero qué importa si esas canciones son extraordinarias. Se olvida que las melodías de los musicales han sido amadas por los músicos de jazz, de pop o bossa nova. Cuando una canción es buena es indestructible.

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El Pan Nuestro

martes 26 de abril de 2011  

Una tostada de pan del día anterior para el desayuno. Un trocillo de pan con queso a la hora del tapeo. Pan para hacer barquitos en el plato en la comida. Un bocadillo de foie gras para la merienda o de mantequilla y chocolate, o de mortadela con aceitunas. Pan para mojar la yema del huevo por la noche. ¡Cuántas veces quisiéramos volver a la adolescencia sólo para poder adornar todas nuestras comidas del día con pan! Con pan todo tiene más gracia: los embutidos, las salsas, los desayunos, las tapas, las meriendas. Pero cuando se van cumpliendo años, por desgracia, hay que saber administrarlo: nuestro cuerpo no es capaz de metabolizarlo milagrosamente como hacía antes. Por eso, desde hace tiempo, supe que no me quedaba más remedio que resignarme y reservármelo para la hora del desayuno. Eso es lo que ha hecho que la primera comida del día se haya convertido para mí casi en la fundamental.

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