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ONDA CERO: ‘Tengo una calidad de lectores increíble’

martes 27 de noviembre de 2012  

 

 

Cero Televisión – Presentación Mejor Manolo en Madrid

lunes 26 de noviembre de 2012  

 

Elvira Lindo en la tarde en 24h

viernes 23 de noviembre de 2012  
 

EL PAIS – «Es una época complicada para escribir humor, como si se hubiera perdido»

miércoles 21 de noviembre de 2012  

Una luminosa y hasta ahora nunca avistada estrella pende en las oscuras y vacías noches del parque del Ahorcado. Y allí que sigue también en sus bulliciosos días, plagados de niños jugando a las grandes fugas de la historia y entrando en tropel a comprar los bollos rancios de la Porfiria, y de abuelos tomando sus tintos de verano en el Tropezón y cogiendo un saludable tono rojo en la nariz. La Chirli, como han tenido a bien denominar a ese fenómeno de la naturaleza científicos y estudiosos llegados de todo el mundo, o bueno, más bien en su defecto la familia de ese chaval prodigioso llamado Manolo García Moreno, es la nueva adición al universo de inocencia, cotidianidad y risas que es la serie Manolito Gafotas, creada por la escritora Elvira Lindo.

Después de diez años (nadie sabe muy bien cómo) callado, la mayor celebrity al sur del Manzanares regresa no solo con nueva hermanita, cuyo fulgor rivaliza en intensidad con el de Shirley Temple (de ahí el mote de La Chirli), y que hará sombra hasta a la mismísima Cata, la matriarca. El propio Manolito –Mejor Manolo (Seix Barral), ilustrado por Emilio Urberuaga- también ha cambiado: ahora es más mayor, y las nuevas responsabilidades y obligaciones que debe afrontar junto con su familia en eterna crisis le pondrán en tesituras cada vez más alejadas del niño de la infancia que ha sido durante siete entregas, publicadas entre 1994 y 2002.

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ABC – Elvira Lindo: «Manolito Gafotas existe, soy yo»

sábado 10 de noviembre de 2012  

(Noemí me hizo esta entrevista. Fue emocionante para mí porque se hizo lectora con Manolito. Le pedí que se hiciera una foto conmigo)

La bocina del camión sonaba a las tantas de la madrugada en pleno Carabanchel (Alto). Manolito y su hermano, el Imbécil, sabían que eso significaba dos cosas: la primera, que papá había vuelto a casa, y la segunda, que podrían acabar comiendo huevos fritos como lo haría él. Al día siguiente, si había pasado un espacio de tiempo considerable desde su última visita, Manolo (padre) los medía para comprobar cuánto habían crecido. Si ahora volviese a hacerlo, Manolito mediría, aproximadamente, 150 centímetros.

Porque el niño madrileño más conocido del «mundo mundial», aunque sigue usando «gafotas», ya es casi adolescente, y ha vuelto para deleitarnos con sus historias de héroes anónimos, comunes y terrenales. Los que hacen acrobacias con el monedero para llegar a fin de mes y que todavía sobre algo para ir a la piscina en verano o cenar fuera una vez al mes. El porqué de su regreso es un misterio. Lo que sí tiene muy claro el protagonista es que prefiere que le llamen «Mejor Manolo».

— Ni Manolito sabe por qué ahora la mujer que escribía sobre él ha vuelto a hacerlo. ¿Lo sabe Elvira Lindo?

— Siempre pensé que cuando tuviese tiempo libre, sin nada que hacer, me dedicaría a escribir otro libro del personaje. Y el momento llegó justo inmersos en esta crisis tan desoladora. El humor es un buen tono para contar cosas que de otra manera serían más crudas, más trágicas. Además, es una tradición muy española.

— Nunca se supo su edad exacta. ¿Por qué hacerle crecer?

— Hacerle mayor me permitía sofisticar, complicar su lenguaje. Al aumentarle un poco la edad me permitía que se diese cuenta de algunos problemas que un niño más pequeño no comprendería. Manolito ahora es un poco el responsable de esa familia. Es un buenazo.

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Entrevista a Elvira Lindo en ‘La Ventana’ (08/11/2012)

viernes 9 de noviembre de 2012  

!Qué bien se porta siempre Carles Francino conmigo!

 

 

TVE: «Manolito Gafotas» se hace mayor en el libro «Mejor Manolo»

jueves 8 de noviembre de 2012  

 

VANITY FAIR: Hablamos con Elvira Lindo del nuevo… ¡Manolito Gafotas!

martes 6 de noviembre de 2012  

Cuenta Manolito Gafotas (“Mejor Manolo”, nos diría él) que es un misterio que la escritora, después de tanto tiempo, volviera a Carabanchel (Alto) para sonsacarle información y escribir un nuevo libro, y cuenta la escritora que lo parió que fue porque pensó que era un buen momento, en una época tan complicada, para hablar desde el humor de lo que estaba pasando. Elvira Lindo y su personaje no se ponen de acuerdo, pero, sea como sea, que un niño de Carabanchel (Alto) se haga famoso en el ‘mundo mundial’ con la historia de su vida cotidiana es asombroso, o no tanto, pues de historias como las de Manolito y su familia está lleno el mundo, y no sólo Carabanchel (Alto). “A veces nos parecen países muy lejanos, pero en realidad su cultura familiar es más parecida a la nuestra de lo que pensamos. Por ejemplo en Turquía ahora hay un proyecto de hacer una serie de televisión con Manolito. A veces voy por Queens, en Nueva York, y pienso que siempre hay una familia en un barrio de clase trabajadora que se parece a la de Manolito”, nos contaba el domingo pasado, mientras bebía a sorbos lentos un capuccino en Embassy, Elvira Lindo. La cita era para hablar en exclusiva del mundo mundial de ese acontecimiento “bastante histórico” (que diría su protagonista): ¡llega un nuevo libro de Manolito Gafotas!

El otro día anunciaste en tu Facebook este libro y tuvo una barbaridad de ‘me gustas’. Han pasado diez años desde el último… ¿Por qué ahora? Manolito dice que “nadie ha podido descifrar este misterio”…

Todo en el personaje ha sido azaroso y poco premeditado. Porque cuando yo escribí el primer libro tampoco pensé que escribiría un segundo ni un tercero. Fue casi una demanda de los lectores, que curiosamente siempre pensaron que se trataba de una serie, aunque yo no lo hubiera pensado nunca. Recuerdo la primera vez que fui a firmar a la Feria del Libro de Madrid, que fue cuando yo tenía publicado el primer libro, que los niños que venían a la firma me decían, ‘¿cuándo va a salir el segundo?’ Y así fue como entró esa idea en mi cabeza y escribí siete libros, uno por año. Después dejé de hacerlo, porque no me apetecía, quería hacer otras cosas.

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Entrevista a Elvira Lindo: «La gente más joven no se merece que le digamos día tras día que no hay futuro y que esto es una mierda»

lunes 24 de septiembre de 2012  

En sus palabras transmite dulzura y atención. Pero es contundente a la hora de diseccionar la triste situación actual de un país dilapidado, y por eso no duda en criticar la mediocridad política y la culpa que «su generación» tiene en haber tolerado el abandono de valores clave y fomentar la corrupción. Elvira Lindo nos habla también de literatura, de aquellos autores que le obsesionan. De Nueva York y Madrid, las ciudades que se le quedaron en el corazón. Dicen que derrocha simpatía y ella reconoce que le gustaría ser más distante. No es sólo simpatía, es empatía. Ahí radica su éxito.
Por Ismael Cruceta

Me cuesta no empezar la entrevista preguntándole por esta subida del IVA que parece que ha sentenciado al mundo de la cultura. ¿Le parece que es así? ¿Cómo saldremos de esta?

Creo que es un error tremendo. No entiendo que conlleve ningún beneficio económico, más bien provoca el hundimiento en un sector ya herido de muerte. Todos sabemos que tenemos que reciclarnos y entender que la cultura ha de encontrar nuevas vías de expresión y de financiación, pero el Estado no puede convertir la actividad cultural en algo imposible. Gravar el teatro y las salas de cine, por ejemplo, me parece que es disuadir a un público que ya de por sí tiene poco dinero. Hemos pasado de una época absurda en la que se acostumbró al público a pagar muy poco por grandes espectáculos subvencionados por los ayuntamientos a esta otra época en la que vamos a imposibilitar la iniciativa privada. Es anti económico.

Pero todo esto ya se ha dicho y es cansino repetir el mismo discurso. Simplemente, me adhiero a la protesta. Lo que está en mi mano es escribir manifestando mi descontento hacia estas medidas, y lo hago cuando tengo algo que decir.

Quiero, eso sí, recordar que ha habido un descrédito de la cultura en los últimos años. Parecía que era algo secundario, cuando no un oficio de vagos. Ese ha sido el terreno abonado que está teniendo sus consecuencias. Hay ciudadanos que piensan que la cultura es algo superfluo frente a las necesidades imperiosas. Como si la cultura no generara riqueza. La cultura y la educación, por supuesto. Riqueza en el sentido material y en ese otro sentido inamprensible que construye un país.

En sus últimas columnas tengo la impresión de que está más enfadada que de costumbre con todo lo que está pasando. ¿Es enfado, pena, rabia o qué es lo que siente por la situación del país?
Es cierto. Lo estoy. Pero en ocasiones intento controlar la rabia para no adoptar columna tras columna un tono catastrofista que no conduce a nada. No se puede una engolfar en un discurso sin esperanza, porque además no es cierto, y la gente más joven no se merece que le digamos día tras día que no hay futuro y que esto es una mierda. No, mi generación ha de tratar de reparar algo de lo que es bastante responsable.

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Porte y Misterio

sábado 21 de julio de 2012  

A las dos de la tarde del, hasta el momento, día más abrasador de este verano llego al garaje donde tiene lugar la sesión de fotos en la que se trata de retratar a una Ana Belén en su versión más chic. Estamos en el corazón del barrio de Prosperidad, en la Prospe, como llaman cariñosamente los vecinos a esta zona cimarrona y castiza de Madrid. A un paso, están las colonias de Alfonso XIII, esas que sobrevivieron de milagro a la especulación urbanística y que, con el tiempo, dejaron de ser casitas que agrupaban a ciertos gremios para albergar a una clase media que mantiene la zona sabiendo que se trata de un pequeño tesoro dentro de una ciudad maltratada. Es lógico que estas colonias insólitamente tranquilas atrajeran a artistas de todo tipo y en una de ellas se refugian, desde hace ya al menos 20 años, Ana Belén y su marido, Víctor Manuel.

Así que estamos al lado de su casa pero en la parte obrera y desangelada del barrio. Entrar en este bajo reconvertido en estudio fotográfico es salvarse casi de una insolación, aunque al rato estemos todos sudando por un calor que se cuela hasta en los sótanos. Cuando llego, ella, la que fuera musa de la progresía durante esa década en la que España se desperezaba de un sueño de 40 años, está posando ya, maquillada al estilo de las grandes modelos de otro tiempo y de aquel pasado en el que tanto fotógrafos como modistas deseaban que sus musas estuvieran guapas, bellas por encima de todo, incluso de la originalidad. Me sitúo detrás del fotógrafo, del maquillador, de la estilista, trato de no molestar. La observo. Los ojos nefertíticos, sombreados en negro. Los ojos. Esa mirada que ha sido siempre, junto con su boca, lo más sobresaliente del conjunto, porque esta mujer vista de cerca es casi menuda, muy delgada, con una apariencia de fragilidad que se rompe en cuanto se la mira a los ojos.

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© Elvira Lindo 2021