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El galán alternativo

domingo 2 de mayo de 2010  

Nunca sabes quién te va a contestar cuando llamas al móvil de Javier Cámara: a veces es un cantante yeyé de los sesenta; otras, un jovencillo apocado con voz nasal que no ha salido de las faldas de su madre, o es la misma Paca en persona, aquel travestón que brillaba con luz propia en La mala educación, de Pedro Almodóvar. Puede que pienses que te has equivocado porque escuchas la voz de una operaria de Telefónica, o te quedas desconcertado al escuchar una canción de jazz a ritmo de jota aragonesa. Es Javier. Javier el Travieso. Multiplicado por mil. Cómico siempre. Imitador de prototipos humanos y de individuos concretos. Una fiesta cuando está en vena, un hombre melancólico en momentos contados, especiales e íntimos. +

El Cielo de Darín

sábado 26 de septiembre de 2009  

Sigo a este hombre atractivo y vitalista por el centro de un Madrid de calor inusual, alfombrado de escombros. Lo sigo como si hubiéramos cambiado de pronto los papeles y ésta fuera su ciudad y yo la visitante. Vuelve la cabeza, me señala la gran grieta que fractura la calle de Preciados y dice con una sonrisa: «Un día van a encontrar el tesoro». En esa cálida mirada, en ese requiebro popular que podría haber dicho cualquier hombre común, hay algo del personaje que construyó para él el director Juan José Campanella en El secreto de sus ojos, la película que ha deslumbrado al público argentino y que ahora se estrena en España. +

La risa de Lauren Bacall

miércoles 1 de octubre de 2008  

A la emoción de ver en persona a la señora Bacall se une la posibilidad de traspasar los muros del edificio Dakota, así llamado, cuentan, porque cuando fue construído se encontraba tan a las afueras de Manhattan que la gente ironizaba con la lejanía de el nuevo edificio señorial, más cerca del estado de Dakota que del corazón de la ciudad. El Dakota es hoy, claro, uno de las paradas obligadas de los turistas. +

La vida de estrella importa

domingo 21 de septiembre de 2008  

¿Qué hay detrás de una actriz de talla internacional? ¿Cómo vive fuera de la pantalla? La escritora Elvira Lindo viajó a Londres en busca de la persona que se esconde tras un rostro de éxito. Éste es el relato de un encuentro que tuvo de todo. Incluso, tensión. Y un álbum de cómo Penélope Cruz ha crecido en las páginas de ‘EL PAÍS SEMANAL’.

Soy esa mujer que, arrastrando una de esas pequeñas maletas que no se facturan, entra en el hotel Cumberland y se queda un momento parada y confusa. Tiene ante sí uno de los lobbies más grandes que haya visto, con varias esculturas realistas y no desdeñables de un ejecutivo en diversas posturas, flotando horizontalmente, andando con su cartera en la mano, como si fuera cualquiera de nosotros, de los que hemos venido aquí, a este hotel funcional, con un propósito de trabajo. Por mucho que se viaje, la llegada a un hotel gusta y asusta en igual medida, y eso me pasa a mí con este lobby, que parece más un museo de arte contemporáneo por sus dimensiones que un hotelito inglés de aquellos que regentaban esas ancianas agathachristies de amabilidad inquietante. Ahora me explico por qué hay tantos viajeros andando de un lado a otro del recibidor arrastrando, como yo, la maleta: la recepción está en una esquina; la conserjería, en otra; la sala de Internet o la cafetería, más allá, y todo tan absurdamente lejos que acabas impaciente y agotada, cruzándote con clientes a los que mandan de un mostrador a otro, haciéndonos probar en nuestras carnes la posmodernidad decorativa. Pero no importa, no me importa; a esa mujer de la maleta que soy yo, nada la desalienta, nada, porque ha venido a conocer a esa chica de Alcobendas que a sus 34 años ha experimentado uno de esos viajes que dan para una historia de ficción o un libro de memorias: el que va de las peliculitas caseras que hacía su padre con una Betacam a las películas que acaparan una atención universal y graban el rostro de la joven en millones de mentes de todo el mundo. +

© Elvira Lindo 2021