Emoción Controlada
Artículo de José María Pozuelo
El Cultural – ABC
Conjeturo que Elvira Lindo sabe que esta novela es muy diferente a cuantas ha escrito antes. Cuando el lector la cierra, piensa que seguramente ha nacido de una necesidad. No considero que las contraposiciones entre la ficción y la vida sean siempre justas. Muchas veces la buena ficción es tanto mejor cuanto más haya servido para que la vida, una verdad, un sentimiento, una pasión o un remordimiento afloren con mayor fuerza o con un sentido que no tendrían si únicamente se diesen en un testimonio autobiográfico. Si creemos que la ficción es más rica cuanto más se separa de la vida, estamos echando por la borda grandes obras de poesía, de reflexión, de memorias… Experiencia límite Desde hace varios años discuto el concepto de autoficción, al que contrapongo otro, que he denominado figuración del yo, porque muchas novelas han creado un yo personal necesario para que quien escribe pueda ofrecer de otro modo que en la forma autobiográfica (la protagonista, aquí, se llama Antonia) lo que piensa, lo que se figura que recuerda o, ¿por qué no?, sus propios recuerdos, transmutados, metamorfoseados, literaturizados.
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