»En la Feria de Guadalajara, México. Qué amable es la gente aquí, qué educada, qué cariñosa. Mañana presento mi libro en la Feria, os iré contando. Para abrir boca, esta foto con el cartelazo de la novela. Un beso para los lectores de la página desde este lugar donde se come (y se bebe) tan rico»
«Aquí os dejo la estupenda entrevista que me hizo Luis Foronda, de la SER en Úbeda. Luis es un hombre estupendo. ¿Cómo se hacen las entrevistas? Pues con amor, con vocación, con trabajo. Aquí os dejo una muestra»
«Espero que la jefa me perdone esta vez… pero voy a publicar un vídeo que los amigos de Nueva York le hemos preparado por sorpresa. El pasado viernes 5 de noviembre, Elvira presentó en Nueva York, Lo Que Me Queda Por Vivir… Tal como Elvira os comentó, la presentación en la librería Jackson Mc Nally fu…e muy especial. En el siguiente vídeo hemos querido compartir con los amigos de esta página este momento que definiría como de un «gran abrazo» que los amigos y la ciudad de Nueva York dedicaron a nuestra querida amiga»
Xavi Menós
Conjeturo que Elvira Lindo sabe que esta novela es muy diferente a cuantas ha escrito antes. Cuando el lector la cierra, piensa que seguramente ha nacido de una necesidad. No considero que las contraposiciones entre la ficción y la vida sean siempre justas. Muchas veces la buena ficción es tanto mejor cuanto más haya servido para que la vida, una verdad, un sentimiento, una pasión o un remordimiento afloren con mayor fuerza o con un sentido que no tendrían si únicamente se diesen en un testimonio autobiográfico. Si creemos que la ficción es más rica cuanto más se separa de la vida, estamos echando por la borda grandes obras de poesía, de reflexión, de memorias… Experiencia límite Desde hace varios años discuto el concepto de autoficción, al que contrapongo otro, que he denominado figuración del yo, porque muchas novelas han creado un yo personal necesario para que quien escribe pueda ofrecer de otro modo que en la forma autobiográfica (la protagonista, aquí, se llama Antonia) lo que piensa, lo que se figura que recuerda o, ¿por qué no?, sus propios recuerdos, transmutados, metamorfoseados, literaturizados.
«En la calle Prince, en el Soho, está la librería McNally Jacksony en esa librería está uno de los libreros más vocacionales, talentosos y trabajadores que he conocido, Javier Molea. Javier ha creado en pleno corazón de Manhattan un refugio para la literatura en español. Aunque la librería es fundamentalmente de libros en inglés el uruguayo Molea se ha hecho con un lugar en el escaparate para novelas en nuestro idioma, invita a escritores, organiza coloquios, y él mismo hace las entrevistas de presentación. La tarde del viernes la sala estaba llena y eso era, en parte, al trabajo de este librero imbatible. Como siempre, ahí estaba otro trabajador entusiasta, nuestro Chavo, para recoger el momento. Gracias, Menós, y gracias, Molea. Con gente como vosotros, da gusto»
«Hay que cumplir con lo prometido: aquí tenéis, por obra del mago Xavi, la interpretación que hizo Poveda del bolero «Lo que me queda por vivir» en el Ateneo de Madrid. Yo jamás me hubiera atrevido a pedirle a Miguel Poveda que interpretase esta canción. A los amigos hay que quererles mucho y molestarles lo menos posible. Pero hubo un ángel por ahí, Jorge Camarlengo, amigo mío y de esta página, que se lo sugirió, y como Miguel es generoso como él solo, hizo el esfuerzo de venirse a Madrid a cantar, a pesar de estar cansadísimo tras haber inaugurado la Bienal de Flamenco de Sevilla. Nunca se lo podré agradecer. Poveda cantó y el maestro Amargós se puso al piano. Qué lujo. Creo que Miguel acabará grabando este bolero porque le sienta como un guante.
!Miguel, Miguel! No sé desde dónde me leerás, si desde Sevilla, Nueva York, Barcelona o qué se yo, pero quiero decirte delante de todos estos amigos de la página que el regalo que nos hiciste aquella noche y que nos haces ahora es impagable. Quiero que oigas nuestros aplausos. El mío el primero, estoy de pie, Miguel, aplaudiéntote, ¿es que no me sientes, amigo mío?»
Son ocho capítulos, en realidad ocho cuentos. Porque cada uno se puede leer de manera autónoma. Pero estas ocho piezas se van entretejiendo, se van engarzando, y acaban construyendo una historia entera. Una historia cotidiana, modesta, sencilla. Porque, literariamente, Elvira Lindo siempre ha tenido la vocación de la sencillez, de lo doméstico, lo menudo, lo humilde. Recordemos que su anterior novela, la estupendaUna palabra tuya, tenía a una barrendera como protagonista: ¿se puede pensar en un personaje más claramente antiépico? La protagonista de Lo que me queda por vivir es, digamos, menos proletaria, pero también se mueve en esos confines polvorientos de la sociedad, allí donde llegan difícilmente los rayos del sol y la vida no es que sea cruel, sino que es fea, de una fealdad abrumadora que asfixia y desespera. Y cuando hablo de confines polvorientos no me refiero a un lugar, a una barriada (Lindo no suele escribir sobre ciudades sino sobre barrios: otra muestra de su deliberada elección de lo pequeño), sino a una desolada manera de existir.
«Mi editora, Elena Ramirez, me advirtió mientras caminábamos hacia la Librería Bertrand, que aquella tarde me esperaba una sorpresa. A mí las sorpresas siempre me da un poco de miedo… Me pongo nerviosa, no sé cómo voy a reaccionar. La sorpresa era nuestro querido Xavi Menós, que había viajado a Lleida esos días y el muy cuco me había ocultado que estaría en la presentación. Estaba allí, con su madre, Rosalía. Les di un abrazo enorme cuando entré. Qué alegría verlos a los dos. Como Xavi es un trabajador nato rodó este pequeño vídeo con su teléfono para os hagáis una idea de lo bonita que fue la presentación. !Qué dos días en Barcelona más estupendos! El público no pudo ser más cálido y las entrevistas fueron magníficas. Me volví a casa muy cansada pero contentísima. Gracias a todos los que contribuisteis a que me sintiera como en casa»
«Otro gran artículo sobre la novela, creedme. No los colgamos porque sean buenas críticas, sino porque tienen valor por sí mismos. Estoy segura de que estamos asistiendo a una revolución: las mejores reseñas literarias están hoy en los blogs. Esta es de Alejandro González Terriza y se «publicó» en el blog «Campos de Fresa». Gracias, Alejandro» Elvira Lindo
Yo no soy de ésos. Soy de aquéllos, o sea: los que entran en la Casa del Libro y esquivan las mesas de novedades, rumbo a la estantería más remota del sótano o el piso segundo, donde encontrarán o no (las más veces no) ese libro (pongamos: La noche de Walburga, de Meyrink) del que la mayor parte de la gente no ha oído hablar, ni se les espera, y que sin embargo. +