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Lo Rutinario

miércoles 4 de septiembre de 2013  

Es “tendencia” que las entrevistas a actores, músicos y deportistas acaben cerrándose con unas preguntitas sobre la situación política que darán pie al titular. No se sabe muy bien si es que el entrevistador entiende que sería extraño no sacar la situación de España a colación o si es que cree necesario mostrar por dónde respira el artista y ofrecérselo al lector situado en una casilla. O puede que se trate de animar el propio asunto cultural, que a algunos periodistas les debe parecer insuficiente. EL ARTICULO SIGUE AQUI >> 

 

La Cara de la Bondad

lunes 15 de julio de 2013  

Resulta asombroso que las dos actrices del siglo XX cuya imagen se convirtió en icónica casi desde el inicio de su carrera sean tan diferentes en cuerpo y en alma. Marilyn Monroe y Audrey Hepburn: la carne y el hueso, la sexualidad evidente y la elegancia, el descaro y el pudor, el desasosiego interior y la serenidad. Curioso es también que sus dos nombres se barajaran para protagonizar a una de las heroínas literarias del pasado siglo, la Holly Golightly de “Breakfast at Tiffany´s”, aunque finalmente el director Blake Edwards se decantara por Audrey.

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La Tía Julia

domingo 14 de julio de 2013  
Esta tarde (me refiero al martes) me he citado a merendar con una dama. Es algo que ella suele hacer con su sobrina, la actriz Irene Escolar, en alguna de esas pequeñas nuevas cafeterías en las que es posible tomarse un té y hablar de la profesión, tomarse un capuccino y recordar a la que fuera hermana de una y abuela de la otra, beber un zumo y calibrar cuáles eran las dificultades a las que tenía que enfrentarse una cómica de las de antes, y cuáles aquellas que amenazan a una actriz que debe abrirse paso en un país en el que casi no se van a producir películas y donde no hay prácticamente compañías privadas de teatro que puedan salir a flote. No hay giras. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ >>

Causa General

miércoles 10 de julio de 2013  

 

Fueron los dos grandes partidos los que respaldaron la idea de que censurar la corrupción allá donde surgiera, o denunciar las malas prácticas políticas siempre que se produjeran y fuera quien fuese el que las perpetrara, era cosa de “equidistantes”. También se apuntaron a señalar el vergonzoso pecado de la equidistancia los periodistas o pensadores que estaban abonados a los partidos (aunque sin querer reconocerlo); algunos de ellos han sido los grandes abroncadores de quienes se negaban a tener un pensamiento partidista. El miedo a ser tachado de traidor “equidistante” cundió, porque un partido tenía dicho a los suyos que la autocrítica favorecía a la derecha, y el otro hacía lo propio advirtiendo de que no se podían tirar piedras contra el propio tejado. EL ARTICULO SIGUE AQUI >> 

 

¿Qué nos creíamos?

domingo 7 de julio de 2013  

Hace unos meses, antes de que Snowden convirtiera la política exterior en un capítulo de Homeland, tuve una revelación. Imagino que mucho después de usuarios de Internet más avispados que yo, pero también antes que otros que hasta hace unos días han vivido en la inocencia. Estaba contestando correos cuando el pensamiento revelador cruzó mi mente. Fue una idea tan sólida que me levantó de la silla como un resorte: decidí que a partir de ese momento no escribiría nada en mi ordenador que no pudiera defender públicamente. No pensaba solo en algo tan pueril como los “estados de ánimo” que uno comparte entre sus conocidos en las redes sociales, también me refería a los correos de naturaleza privada, a los que se mandan con algún tipo de confesión a los amigos, a los hijos, a la pareja. Nada, las intimidades se acabaron en el ciberespacio. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

Bretón

miércoles 3 de julio de 2013  

Sentimos una necesidad primaria de explicarnos la naturaleza del mal por medio de la locura. En una apasionada cena con psiquiatras asistentes a un congreso en Avilés pregunté a mis compañeros de mesa por Bretón, ese hombre de ojos alucinados del que hablan unos y otros testigos en las escenas del juicio en el que se le ha de sentenciar culpable o inocente de las muertes de sus hijos, Ruth y José. EL ARTICULO SIGUE AQUI >> 

 

Lord, Que Estuvo Allí

domingo 30 de junio de 2013  

James Lord era joven, guapo, homosexual, curioso, amable, dúctil, inteligente y perspicaz. También era una de esas personas que sientas a tu mesa y sabes que hará las delicias del comensal de al lado. Algunos han resumido estas cualidades en un solo defecto: de Lord se ha afirmado que era un cotilla. Y que no escribía bien. Y que fue un novelista frustrado. Lo de novelista frustrado es cierto, él mismo lo confesó. El resto, no. Sus crónicas, créanme, se devoran. Lo que está hoy a la vista de cualquiera es que sus memorias han pasado a la posteridad. Hoy no se puede escribir sobre las vidas de muchos de los grandes artistas o los vividores del siglo XX sin citarlo. Nos ha contado en detalle a Dora Maar, la cuarta mujer de Picasso, a Giacometti o a Balthus, pero por sus páginas cruzan a menudo con toda naturalidad un jovencísimo Lucian Freud, Buñuel, Dalí, Hemingway, Poulenc y tantos otros, porque en el París que va de los treinta a los sesenta estaba prácticamente todo el mundo, de paso o viviendo allí largas temporadas. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

 

Sonrojo

miércoles 26 de junio de 2013  

Aunque haya cierta alegría liberadora al celebrar la sentencia condenatoria de Silvio Berlusconi, este empresario-político no surgió de la nada ni actuó en solitario. Sus maniobras empresariales estuvieron amparadas por las leyes o por la falta de aplicación de estas, también sus trampas; la compra de políticos pudo realizarse porque otros políticos se dejaron comprar; la rentabilidad de sus canales televisivos fue posible por el respaldo de la audiencia, que imitó voluntariamente los patrones de conducta de todo un modelo de comportamiento, exportado con éxito de crítica y público a países como el nuestro. EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

Las Trece Fincas

domingo 23 de junio de 2013  

En este país somos expertos en el terreno de la especulación. No me refiero a la inmobiliaria, que también, sino al arte de especular. Por eso abundan las tertulias como churros y florecen como amapolas las teorías. Se sienta uno en un taxi, entra en la panadería o se toma uno un café, y aunque evite el contacto visual para que nadie le hable, a sus oídos llegarán, malditas sean las circunstancias, las palabras de alguien dispuesto a exponer la verdad del asunto. España es un país en el que padecemos un tremendo problema literario. No rematamos una historia jamás. Hacemos el planteamiento, pero, ay amigos, en el nudo nos encastillamos y de ahí no salimos. Pocos de los casos que se plantean en el telediario han conseguido llegar al desenlace. Y eso que los planteamientos son de órdago. Pero si nos aconsejara una autoridad en guion cinematográfico nos diría que comenzamos las historias tan arriba que inevitablemente nos precipitamos hacia un final decepcionante. Yo diría aún más: somos expertos en el no final. EL ARTICULO SIGUE AQUI >> 

 

Factor Humano

miércoles 19 de junio de 2013  

Por esos lazos misteriosos que en ocasiones la literatura establece comencé hace tiempo a mantener una correspondencia viva con lectores iraníes. Aunque al principio fui prudente al mostrar la curiosidad que me provocaba el país en su aspecto más cotidiano (dado que me muevo en la Red con el convencimiento de que estamos bajo vigilancia), poco a poco, la naturalidad con la que intercambiábamos opiniones sobre libros o cine me hizo entender que tras la imagen hostil hacia la cultura occidental que ofrecían sus dirigentes se presentía el latido de una clase media que, aun asfixiada, se había resistido, en la intimidad de sus casas y en los pequeños círculos sociales, a renunciar a una tolerancia ilustrada y no contaminada por la religión. EL ARTICULO SIGUE AQUI >> 

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