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Cuando la vida hace daño

sábado 30 de octubre de 2010  

Artículo de Rosa Montero
El País (Babelia)

Son ocho capítulos, en realidad ocho cuentos. Porque cada uno se puede leer de manera autónoma. Pero estas ocho piezas se van entretejiendo, se van engarzando, y acaban construyendo una historia entera. Una historia cotidiana, modesta, sencilla. Porque, literariamente, Elvira Lindo siempre ha tenido la vocación de la sencillez, de lo doméstico, lo menudo, lo humilde. Recordemos que su anterior novela, la estupendaUna palabra tuya, tenía a una barrendera como protagonista: ¿se puede pensar en un personaje más claramente antiépico? La protagonista de Lo que me queda por vivir es, digamos, menos proletaria, pero también se mueve en esos confines polvorientos de la sociedad, allí donde llegan difícilmente los rayos del sol y la vida no es que sea cruel, sino que es fea, de una fealdad abrumadora que asfixia y desespera. Y cuando hablo de confines polvorientos no me refiero a un lugar, a una barriada (Lindo no suele escribir sobre ciudades sino sobre barrios: otra muestra de su deliberada elección de lo pequeño), sino a una desolada manera de existir.

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Asuntos Propios: 27/10/10 I

jueves 28 de octubre de 2010  

Hoy Elvira Lindo vuelve a elegir su «propia aventura» a través de las páginas de un periódico de hoy. Con ella repasamos la actualidad y conocemos a los personajes del día. Además los Perros Callejeros han conseguido una acreditación para retransmitir el partido de fútbol entre Evo Morales y Mahmud Ahmadineyad.

 

Presentación en Barcelona

miércoles 27 de octubre de 2010  

«Mi editora, Elena Ramirez, me advirtió mientras caminábamos hacia la Librería Bertrand, que aquella tarde me esperaba una sorpresa. A mí las sorpresas siempre me da un poco de miedo… Me pongo nerviosa, no sé cómo voy a reaccionar. La sorpresa era nuestro querido Xavi Menós, que había viajado a Lleida esos días y el muy cuco me había ocultado que estaría en la presentación. Estaba allí, con su madre, Rosalía. Les di un abrazo enorme cuando entré. Qué alegría verlos a los dos. Como Xavi es un trabajador nato rodó este pequeño vídeo con su teléfono para os hagáis una idea de lo bonita que fue la presentación. !Qué dos días en Barcelona más estupendos! El público no pudo ser más cálido y las entrevistas fueron magníficas. Me volví a casa muy cansada pero contentísima. Gracias a todos los que contribuisteis a que me sintiera como en casa»

El ‘finde’

miércoles 27 de octubre de 2010  

Para el sufrido espectador de televisión los fines de semana son catastróficos. Por alguna razón que nadie ha explicado nuestros políticos se niegan a quedarse en su casa con su familia en esos días que para el resto de los trabajadores son sagrados. No es que estén velando por España, es que están perpetrando mítines. Soy de la opinión de que sería políticamente saludable que se tomaran un respiro y que nos dieran un respiro a nosotros. Pero no están por la labor. Aprovechan el sábado a la tarde o el domingo mañanero para irse a este pueblo, al otro, para reunir a sus simpatizantes y ensayar algún chistecillo de esos que hacen que el público asistente salga desternillándose cuando enfoca la cámara.

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L’ànima (el alma) de Elvira Lindo

martes 26 de octubre de 2010  

Elvira Lindo fue entrevistada en el programa Ànima de Televisió de Catalunya

La Novela Instantánea

lunes 25 de octubre de 2010  

«Otro gran artículo sobre la novela, creedme. No los colgamos porque sean buenas críticas, sino porque tienen valor por sí mismos. Estoy segura de que estamos asistiendo a una revolución: las mejores reseñas literarias están hoy en los blogs. Esta es de Alejandro González Terriza y se «publicó» en el blog «Campos de Fresa». Gracias, Alejandro»
Elvira Lindo

«La Novela Instantánea»
Artículo de Alejandro González

http://todoal59.blogspot.com/

Yo no soy de ésos. Soy de aquéllos, o sea: los que entran en la Casa del Libro y esquivan las mesas de novedades, rumbo a la estantería más remota del sótano o el piso segundo, donde encontrarán o no (las más veces no) ese libro (pongamos: La noche de Walburga, de Meyrink) del que la mayor parte de la gente no ha oído hablar, ni se les espera, y que sin embargo.
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Elvira Lindo en Divinity.es

lunes 25 de octubre de 2010  

Entrevista de Esther L. Calderón

Tiene en su haber libros infantiles, guiones de películas, cuentos, ensayos y también novelas como ‘Lo que me queda por vivir, que acaba de publicar y que a pesar de eso no intenta promocionar durante el cuestionario. Cuando le preguntamos a Elvira Lindo por su libro favorito se ríe y responde con un título de Galdós. La gaditana, que también ha trabajado como actriz en diversas ocasiones, confiesa que pasa “más tiempo en internet del que debería”: tiene un blog, una página oficial en Facebook y otra con seudónimo para los amigos y las bromas: En ella “me desfogo y decimos muchas barbaridades”.

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Buscar Marido

domingo 24 de octubre de 2010  

Hay lectores con la escopeta cargada. Recuerdo haber escrito un artículo en el que me atrevía a afirmar que prefería el presente al pasado. ¿A qué pasado? Pues al de hace 40 años, sin ir más lejos. De inmediato, alguno de esos lectores que creen que vivimos la peor de las épocas posible juzgó mi afirmación de un optimismo desconsiderado: «Claro, desde su posición privilegiada…». Uf, qué cansancio. En realidad, cuando hacía esa valoración no estaba pensando en mí. Pensaba en cualquier mujer española que vivió su juventud hace apenas medio siglo. Pensaba en mi madre y al pensar en mi madre pensaba en casi todas las mujeres. Y al pensar en ellas he de reconocer que sí, que de alguna manera pensaba en mí. Prefiero vivir ahora. Prefiero no tener que andar pidiendo dinero, ser libre en mis movimientos, salir al extranjero sin el humillante permiso del marido y no ser considerada como una menor de edad. El machismo sigue ahí, latente, dispuesto a morder desde una columna, el comentario faltón de un político o esa infravaloración de las mujeres que se manifiesta como un tic que se nos escapara, reflejo de lo que hemos sido y aún somos en gran medida. Prefiero esta vida. Hace 40 años yo era la niña que espiaba las conversaciones de las mujeres. Era escuchar aquello de «ssshhh, hay ropa tendida», y ponerme a interpretar a la niña que andaba a lo suyo para que se olvidaran de mí y enterarme del secreto. Hace 40 años escuché hablar en susurros una tarde de verano de la desgracia de una joven amiga de la familia. La había dejado su novio.

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Elvira o la Ternura

sábado 23 de octubre de 2010  

Elvira 1

Foto de Alberto Román
Artículo de Manolo Madrid

Mañana, Elvira Lindo presenta su nueva novela en el Hospital de Santiago de Úbeda, y allí estará Antonio Muñoz Molina, el ubetense que mejor conoce y que más quiere a la escritora. Casi por compromiso comienzo a leer el libro de Elvira Lindo –«Lo que me queda por vivir»–, que también ha comenzado a leer mi mujer. Lo inicio con desgana, porque he leído en no sé cuántas críticas que la escritora ha cambiado de registro, casi de voz, y se ha pasado de aquella literatura con la que tanto me he reído –su Manolito Gafotas, sus artículos de «Tinto de verano»– a una literatura más seria y por ello, concluyen los críticos, más literatura, y temo aburrirme con la enésima historia de la madre soltera y heroína. Y sin embargo, por uno de esos milagros que sólo son posibles en el interior de los libros, comienza quemarme por dentro la necesidad de seguir devorando páginas, atrapado por la red que la protagonista va tejiendo con su voz personal pero casi descarnada, tan aséptica como un hospital. Y he aquí, que cuando todavía me quedan muchas páginas para llegar a la mitad del libro, descubro que no es cierto que Elvira Lindo haya cambiado de voz, de tema o de registro, porque este libro de intensa melancolía no es más que un acercamiento distinto al que podemos considerar el tema capital de su obra: la ternura, o sea, la mirada paciente y amorosa sobre todas las cosas y todas las personas que nos rodean. Lo que ocurre es que aquí la ternura no se parapeta tras la risa o la ironía, sino que se esconde, casi a traición, en una infinita tristeza urdida de recuerdos y añoranzas, de ausencias y de vidas imposibles. (Leo el libro y pienso que es un libro-otoño, amarillo y huidizo, como las hojas bellísimas que ya se han caído de los árboles, tan definitivo.)

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Una Vida en Madrid

viernes 22 de octubre de 2010  

Artículo de Fernando Delgado
El País

Sabía de sobra del alto componente autobiográfico de Lo que me queda por vivir (Seix Barral), de Elvira Lindo, cuando empecé a leer la novela. Así que, conocida la vinculación de la autora con nuestra ciudad, su intensa vida en ella, y los retratos de Madrid que aparecen en su obra anterior -paisaje y habla de aquí, Manolito Gafotas incluido- aposté porque fuera un relato con Madrid dentro. Y con la pronta evocación del mundillo literario o seudoliterario del mítico café Lyon me llegó la apresurada confirmación de que podría haber mucho Madrid en aquellas páginas o que muchas páginas de aquellas se deberían a Madrid. Y claro que hay Madrid en esta historia. Una historia en la que, apasionado el lector por la verdad que se desprende de lo escrito con las tripas, con capacidad de penetrar en la vida y conmover con sus peripecias, se le impone la pura literatura sobre la curiosidad de husmear en la experiencia personal de la escritora. Y esto no impide, sin embargo, que la novela se lea a veces casi como unas memorias, a sabiendas de las licencias que otorga la ficción a la novela y no a las memorias; como se leen las memorias más descarnadas y desnudas, las buenas memorias al borde de una confesión o como una confesión, sin el compromiso de que en efecto lo sean.

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