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Un Dosier Para Merkel y Lagarde

domingo 24 de junio de 2012  

Hace tres años escribí en esta misma columna en la que estoy sentada (si me pusiera en pie, daría un mitin) que antes de la crisis yo tiraba las páginas ocres de los suplementos de economía a la papelera. Despeluchaba el periódico como se despelucha un pollo antes de llegar a casa. Exageraba, como pueden imaginar, pero detrás de cada exageración se atisba la verdad, y lo cierto es que las páginas de economía me daban pereza. O perezón, que describe mejor la galbana dominguera. Llegó la crisis, y una se sentó, como se sentaron muchos de ustedes, pertrechada con las gafas de ver (como antes se decía) para ilustrarme sobre lo que nos estaba pasando y sobre lo que nos quedaba por pasar. En un principio me sentí motivada, por aquello de que la dichosa manía de racionalizarlo todo conduce a pensar que la información es el primer paso para el hallazgo de soluciones, pero una vez que los analistas nos han dejado claro que los economistas llevan camino de encabezar el ranking de diagnósticos garrafales y predicciones incumplidas, y una vez que se nos ha contado que algunos de ellos, muy notables, han sido cómplices de la situación en la que nos encontramos aliándose con la perversión financiera, ya no leo las páginas ocres con el ansia de encontrar información que incluya un halo de esperanza; todo lo contrario, lo que siento yo, lo que usted siente, es zozobra y temor. Incluso los artículos del laureado.

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Lo Fundamental

miércoles 20 de junio de 2012  

¿Cuánto hace que se cambió de sitio la estatua de Colón? ¿Cuánto hace que la baronesa Thyssen se encadenaba a los árboles del Paseo del Prado para impedir que los talaran antes de acometer aquel obrón que cambiaría la fisonomía del bulevar? ¿Cuánto hace que Esperanza Aguirre planeaba construir la ciudad de la justicia? ¿Cuánto hace que se ampliaron las aceras de Serrano? ¿Cuánto hace que se reformó la placilla de las Cortes, a la que hubo que añadir una frontera de maceteros para que los paseantes no se despeñaran?¿Cuánto hace que instalaron esos bancos sin respaldo y de insólita forma romboidal en el barrio de Salamanca? EL ARTICULO SIGUE AQUI >>

 

¡¡¡Semana caribeña!!!

domingo 17 de junio de 2012  

Que dicen que el mundo, tal y como lo conocíamos hasta ahora, se hunde. Debe de ser verdad porque basta con salir a la calle para encontrarse con golosas liquidaciones. Por jubilación, leo en una tienda. Por defunción, en otra. Por reforma. Por traspaso. Está claro que en España nos puede la vergüenza torera y nadie quiere reconocer que es “porque estamos en la puta ruina”. Vuelve una a casa con los ojos llenos de ofertones. Las marquesinas de las paradas de autobús están empapeladas con un cartel que reza: “Nueva York, cinco días y tres noches. Por ochocientos euros”. Cinco días y tres noches. Eso me ha traído a la memoria lo que en los últimos tiempos se viene a denominar “semana caribeña”. En realidad, el populacho llamaba a esas minivacaciones sacadas de la manga “un cacho puente”, pero el Consejo General del Poder Judicial ha querido distinguirse bautizando de manera jacarandosa a las semanas que empiezan en lunes y acaban en miércoles. EL ARTICULO SIGUE AQUI>>

 

Qué le pasa

miércoles 13 de junio de 2012  

Una de las pruebas más duras a la que tienen que enfrentarse los alumnos de música es a tocar en público. Los nervios no se curan jamás, incluso es bueno que no desaparezcan, pero se aprende a que no arruinen un oficio que sólo tiene sentido si alguien escucha. De acuerdo, existió un Glenn Gould, que a partir de un cierto momento sólo consintió tocar en grabaciones, aunque a través de ellas se comunicaba con la audiencia. También el trabajo del actor se mide con público. Hay actores que pierden la vista en la noche del estreno, pero la experiencia les dice que la niebla desaparecerá en cuanto el diálogo fluya. Conozco escritores que dicen escribir para sí mismos, pero aún no he conocido a ninguno que no quisiera ver su trabajo publicado. Existió un Salinger, sí, pero las manías de aquel viejo maniático no estaban reñidas con la preocupación enfermiza por que su obra se editara primorosamente. El presentador de radio comienza su carrera con temblores en la voz y con el tiempo aprende a disfrutar ante un micrófono. De igual manera, el columnista tiene que encontrar el goce en este oficio tan expuesto. Y el profesor no lo es del todo hasta que no se prueba delante de una clase de criaturas distraídas.

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Nuestro Hombre en la Red

domingo 10 de junio de 2012  

Consciente como soy de que España es ese país en el que durante una comida los comensales ocupan el 70% del tiempo recordando platos memorables que saborearon en el pasado y aventurando los platos deliciosos que les deparará el futuro, decidí adaptarme de nuevo a la patria citándome, el mismísimo día de mi llegada, con un tío (ahora se dice “tipo”) que ocupa el 70% de sus columnas hablando de comida. En el 30% restante se le cuela la actualidad, y ahí es donde suele meterse en líos. Pero, ¿de qué sirve un columnista si no se mete en líos? Es más, podría decirse que la definición más ajustada del columnista es la de: individuo o individua que tiene la rara habilidad de granjearse unos cuantos enemigos con menos de cuatrocientas palabras. De lo que se trata es de levantar pasiones, y nuestro hombre, el tío (o el tipo) con el que me cité en mi primera comida española, las levanta a destajo. Bloguero insigne de El Comidista, espacio en teoría dedicado a la gastronomía, pero que le sirve al autor de excusa para agitar conciencias, dar algún palo cuando encarta, provocar sonrisas casi siempre y desplegar un talante irónico sin llegar nunca a hacer sangre. Ese es Mikel Iturriaga. Sí, como el del baloncesto. Son hermanos de sangre, como casi toda España sabe. Aunque cuando le observé avanzar entre las mesas del restaurante pensé que el célebre exbaloncestista era una suerte de primo de Zumosol de nuestro comidista, que está mucho más delgado que en la foto del periódico. Ya, ya sé que en la foto solo aparece el rostro, pero el lector suele hacerse una idea del resto, y en mi imaginación yo le había añadido unos cuantos kilos, tanto en panículo adiposo como en músculo, vaya usted a saber por qué. Tal vez fuera porque se apellida Iturriaga.

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Cañas y tapas

jueves 7 de junio de 2012  

Cada vez que la prensa española se hace eco de lo que la internacional cuenta de nuestro país los lectores aceptamos esas piezas de información con la cabeza gacha, como los niños de antes ofrecían la nuca para recibir una colleja. Pero es de justicia dejar constancia de otras columnas en las que se reconoce algo positivo de este país diariamente cuestionado. Falta nos hace. Porque si primero fue la crisis internacional, luego la explosión de nuestra burbuja, más tarde nuestra propia crisis financiera y, en los últimos tiempos, la amenaza constante del rescate, ahora lo que padecemos, superando incluso los elevados índices de la prima de riesgo, es una especie de desánimo colectivo, una suerte de gripe suave pero constante que no nos deja postrados en la cama pero sí faltos de fuerzas para imaginar una luz al final del túnel.

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De la necesidad, Virtud

domingo 3 de junio de 2012  

De todo parece que hace un siglo. Uno de los extraordinarios dibujantes de la revista The New Yorker resumía el anacronismo en el que estamos sumidos: un náufrago melancólico en una pequeña isla desierta rodeado de objetos obsoletos o a punto de serlo: un buzón, una cabina, una librería, un teléfono fijo, una máquina de escribir, una tele sin mando a distancia, un tocadiscos… No se sabe si el náufrago está en la isla por el hundimiento de su barco o por decisión propia, por su deseo de permanecer en un ayer más comprensible. De todo parece que hace un siglo, pero no. Se pasa una actualizando el disco duro a diario. Tal vez sea bueno para renovar las neuronas, que solo se estancan con el sedentarismo y la falta de estímulo mental, pero, francamente, no sé si tanto sobresalto es aconsejable para el corazón. Casi desearía una la felicidad de los tontos, o esa otra felicidad envidiable de aquellos que, en los malos tiempos, deciden dedicarse a cultivar su pequeño jardín. Pero lo más común es que nos resulte difícil abstraernos de lo que a diario escupe la actualidad. En lo que al mundo de la cultura se refiere, creo que alguna mente preclara debería montar un curso para que los escritores nos ajustemos a los nuevos tiempos.

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El Desapego

miércoles 30 de mayo de 2012  

De nada sirve llenarse la boca con la palabra democracia si cuando te toca gobernar no te aplicas el cuento: los deberes democráticos conciernen a todos, pero más aún a quien manda. Los ciudadanos españoles hemos entrado en una fase de descreimiento en la clase política que puede degenerar, si alguna mente sensata no lo remedia, en un escepticismo total hacia el propio sistema. Cuando el presidente del Gobierno justifica que no haya una comisión de investigación que revele qué ocurrió en Bankia, porque no es el momento de hurgar en la herida del sistema financiero español, está multiplicando la desconfianza de los españoles, está agotando nuestra paciencia y provocando desesperanza. Está visto que este Gobierno ha decidido dar cuentas a Europa, a Merkel o al Banco Central Europeo pero a los ciudadanos nos ha mandado al cuarto a dormir, como si fuéramos niños que no tuviéramos edad para escuchar ciertas conversaciones y nuestra presencia sólo sirviera para empeorar las cosas.

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Culo de Mal Asiento

domingo 27 de mayo de 2012  

Colarte en la vida de la gente. Colarte en sus casas, mirar sus fotos familiares, descifrar el aroma que llega de la cocina, calibrar cómo será su vida íntima, observar al personaje en su hábitat. Esa curiosidad se lleva en el código genético. No tiene nada que ver con el chisme sino con un deseo, casi patológico, de comprender el comportamiento humano. La pasión por las vidas de otros. Cuando en mi juventud descubrí que había trabajos que cuadraban con esa manía que yo alimentaba desde niña fui consciente de la gran fortuna que había encontrado. Con veinte años y con la excusa de estar trabajando en una radio entré en casas de ricos y de pobres, de cómicos y de alguna marquesa arruinada, de travestis y algún militar franquista, de rockeros y de algún padre de la Constitución. Los psicólogos tratan de penetrar en el alma del paciente haciéndole hablar en su despacho, pero deberían ser ellos los que se desplazaran a casa de los atormentados, para percibir el lenguaje de las cosas, que suelen expresar lo que su dueño no quiere.

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Niños Pobres

martes 22 de mayo de 2012  

Tres de cada 10 niños españoles son pobres. Ser pobre en España, ha explicado la directora ejecutiva de Unicef, Paloma Escudero, no significa no comer pero sí no comer adecuadamente; ser pobre en España no significa no tener asistencia médica, pero sí carecer de tratamientos que no cubre la medicina pública; ser pobre en España no quiere decir no tener un techo pero sí no tener acceso a una vivienda digna; ser niño pobre en España no significa no poder jugar pero sí ser privado de las actividades que completan una educación.

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