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Del Miedo A Trump

sábado 21 de enero de 2017  

Los que no somos creyentes también tenemos cosas sagradas. Un país, en su conjunto, debería tener cosas sagradas. En España hemos reducido lo sagrado a lo religioso y así nos va. Sólo los católicos practicantes tienen figuras en las que creer y a las que respetar de manera indiscutible, pero en la vida civil, en nuestro país, no hay causa o personaje que no corra el peligro de ser pisoteado. Por unos o por otros. Ni la muerte permite descansar a gusto. Yo admiraba de los Estados Unidos el que a pesar de tantas cosas que se me antojan salvajes, la pena de muerte, la tenencia libre de armas, la justicia de pago o la abusiva política imperial, había ciertos líderes del activismo que el tiempo había convertido en figuras icónicas, indiscutibles. O discutibles pero colectivamente homenajeadas. John Lewis, luchador por los derechos civiles, joven compañero de Martin Luther King, es una de esas personas que representan lo mejor del país. Hace muy poco, leí una novela gráfica en tres tomos, «March», basada en su vida, que el artista Nate Powell y el guionista Andrew Aydin pasaron a dibujo y diálogo. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

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