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Se tienen ganas

domingo 20 de octubre de 2013  

Hay una necesidad imperiosa de hablar y de ser escuchado. Pero también de gritar, de insultar, de despreciar, de maldecir, de vengarse, de discutir, de liarse a empujones, de tomar a ciertos individuos por las solapas y zarandearlos. Hay ganas de insultar, de manifestarse, de ir a la puerta de los juzgados a vocear contra un acusado o contra una juez. Hay urgencia por abuchear a personajes públicos. Hay un deseo de que algo se construya, de sentir que algo nos sosiegue el ánimo, pero también hay ansias de destrucción que se tornan indiscriminadas, un deseo mórbido de que se acabe “esto” de una puta vez, aunque no sepamos muy bien qué es esto de lo que estamos hablando. Hay ganas de escuchar, sí, pero muchas menos que de soltar el mitin. Hay ganas de acudir a una conferencia que trate de lo que nos está pasando para que el conferenciante nos dé la razón y resarcirnos luego en el turno de palabra para poner los puntos sobre las íes. EL ARTICULO SIGUE AQUI >> 

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2 respuestas a: Se tienen ganas

isabel Dice: jueves 24 de octubre de 2013

Felicidades por el artículo. Has diagnosticado a la perfección la situación actual, aunque quizás añadiría que…Hay desaliento entre la población afectada por las decisiones de los individuos gobernantes, y por las escasas consecuencias que tienen para ellos las equivocaciones, los robos, las nefastas gestiones por ignorancia, el deterioro de la salud…pero sobretodo hay temor. Hay temor por no saber cuanto van a apretar la soga ni de qué son capaces. Hay temor por no saber el final y hay temor por la falta de diálogo y porque sólo ‘DICTAN’ sus leyes y eso nos despierta el recuerdo y la memoria histórica. Gracias

Enrique Dice: sábado 9 de noviembre de 2013

No se puede describir mejor nuestra situación actual. De verdad. No se exactamente que sensación se le debe quedar a una escritora como usted después de escribir una artículo tan claro, tan acertado, como dicen ahora «tan pegado a la realidad». Mi hija acaba de empezar la Universidad, y leíamos los dos su artículo, y yo le decía que en muchas de sus líneas estaba yo reflejado, y no necesariamente en las que se describen actitudes «edificantes», y, aunque le costara un poco más admitirlo, ella también lo estaba. De ahí que me haya referido antes a nuestra situación. Porque realmente es nuestra. No pasa un solo día sin que veamos reflejado, en nuestras actitudes y en las de los demás, el contenido de su artículo. A pesar de todo aún queda esperanza. Debemos confiar en el sentido común en la sensatez de la gente. No son muchas las personas con su lucidez en el análisis (no digo en MI análisis), pero alguna queda todavía, y cuando uno se las encuentra termina mucho más reconfortado. Estoy un poco cansado, si me permite la expresión, de escuchar sólo al que opina como yo, al que retroalimenta con sus comentarios y opiniones la brecha que me distancia de los que no comparten mi forma de entender la vida, la educación, etc. Me ha quedado un poco cursi, pero lo que quería decirle en definitiva es Enhorabuena. Enhorabuena y gracias.

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