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En Misa de Ocho

domingo 27 de marzo de 2011  

Nunca quise ser monja. A no ser que la monja fuera Ingrid Bergman en Las campanas de Santa María, Audrey Hepburn en Historia de una monja, Shirley MacLaine en Dos mulas y una mujer o Julie Andrews en Sonrisas y lágrimas. Visto el casting de monjas que inspiraron en mí algún tipo de vocación religiosa, es evidente que lo que yo deseaba es ser una monja que colgara los hábitos en cuanto se acabara el rodaje de la película. Monja de camerino o monja de caravana, si se rueda en exteriores. Sin embargo, y no bromeo, nunca fui ajena a sentir el recogimiento espiritual que una iglesia emana, al dramatismo de algunos pasajes de la Biblia, a la gravedad de ciertos momentos de un servicio religioso o al estremecimiento que la más bella música de iglesia puede provocarte. Hay quien afirma que se pueden apreciar las obras de arte inspiradas por la fe experimentando una mera emoción estética. Pero ¿por qué no abandonar durante dos horas nuestros principios para entender mejor la idea que motivó una pieza musical, un fresco en la basílica florentina de Santa Croce o cierto pasaje de la Biblia?

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7 respuestas a: En Misa de Ocho

Carmen Dice: domingo 27 de marzo de 2011

Nunca comento, a pesar de que procuro llevar las lecturas de tus artículos al día y todos me parecen fantásticos. Sin embargo, hoy me has atravesado el corazón con una lanza de tres metros y medio y al recuperarla te lo has llevado. Ya no sé si creo en Dios -dada mi juventud y mi educación en una familia católica estoy en plena crisis-, y no sé si es en Dios en quien quiero creer. Quizá sólo sea necesario creer, y para explicar esto siempre pongo la obra de Bach como ejemplo. En Dios, no sé; en Bach sí creo. Así que mil gracias por expresarlo así. Ahora, cuando trate de explicar a alguien cómo pienso, en vez de a un video de Youtube le remitiré a esta entrada.

Eva Dice: domingo 27 de marzo de 2011

Menos mal que gracias a tus escritos me puedo trasladar mentalmente a esa maravilla de misa de ocho en el Carnegie Hall, me encanta esto: La estética es siempre un espejo de la ética. Pondré en el descansillo de mi cafetería tu artículo de hoy, pongo los que me parecen interesantes para que los fumadores, mientras pegamos unas caladas inmensas (PARECE QUE SE NOS VA LA VIDA EN ELLAS) puedan leer tus artículos y otros que voy sacando de la prensa. Aqui te dejo (por si sacas un par de minutos) un enlace de algo que quiero compartir. Cuando estuve en Manhattan fui al Birtland y pasé un rato inolvidable, ojalá hubiera podido presenciar a estos maravillosos showmans.
http://www.youtube.com/watch?v=CyEf1Lp7Byk

María Dice: domingo 27 de marzo de 2011

Gracias Eva, me han encantado los showmans. Yo no tengo cafetería donde poner los artículos de Elvira, pero tengo un link en mi blog para que los que me leen, lean lo que a mí me gusta, como lo que escribe Elvira que siempre, siempre me interesa. Gracias por contar estas cosas que remueven la ética con estética.

Ismael Dice: lunes 28 de marzo de 2011

Maravilloso todo: el artículo y el magnífico video. Qué gustazo.

Inma Dice: lunes 28 de marzo de 2011

Es un artículo muy bello. Crítico pero bello.
Yo sí creo en Dios, en Bach y también quise ser monja viendo a Audrey Hepburn. Pero también quise ser princesa viendo Vacaciones en Roma, así que no cuenta.
Saludos

Belen Porres Barrenechea Dice: martes 29 de marzo de 2011

Lo que dice Elvira siempre, siempre me interesa, como dice María. He sido profesora de educación de adultos durante cuarenta años y he usado muchos de sus artículos en clase de Lengua. Muchas veces he querido felicitarle por ellos. ¡Debiera haberlo hecho!. Hoy me he sentido triste al leer el artículo. Me llamo a mí misma creyente dudosa. Para mí la fe ha sido y es un compromiso con los necesitados, un proyecto de vida por una sociedad más justa y compasiva como diría Ignacio Ellacuría.Y me apena ver que usted también, como tantos articulistas y comentaristas, generaliza y banaliza la labor de la iglesia. Sé que en este comentario no puedo expresar todo lo que siento sobre este tema. Sé también que usted ha usado en su artículo la ironía que tanto nos gusta a sus seguidores/as, pero no sé por qué razón deseo decirle lo que he sentido. Quizás porque la fe es para mí exigencia y compromiso y busco su complicidad y su apoyo aunque usted no sea creyente. La iglesia es muy diversa y yo me siento iglesia aunque , claro está, no «comulgue» con muchas, muchas «fiscalizaciones» de la llamada iglesia oficial. Quizás también respondo por alusiones pues llevo el pequeño coro de mi pequeña y sencilla parroquia. Y en eso estoy de acuerdo, hemos perdido «estética» y aunque mi amigo Antonio, el organista, que es ciego, y yo procuramos mantener la estética, las modas nos pervierten.
¡Ah! Me ha gustado lo de los milagros. Yo creo como Dorotea Stölle, una interesante teóloga protestante, que lo mejor que podemos hacer para que existan es colaborar para que se produzcan.
Un afectuoso saludo.

Marco Antonio Dice: miércoles 13 de abril de 2011

Como siempre magnífico escrito de Elvira lindo.
Pero como amante de la obra de Bach, me permito la impertinencia de recomendar esta otra versión, ya que los parámetros de Richter han quedado como algo arqueológico:
http://www.youtube.com/watch?v=wfJLAWDF3Qg
Espero no resultar pedante y que esto se tome tan solo como una recmendación musical, sin mayores pretensiones.

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