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 ¿Era un Chanel? 

sábado 4 de marzo de 2017  

Acabo de leer que se ha puesto en venta Grey Gardens, la mansión en la que vivieran la tía de Jackie Kennedy, Edith Bouvier Beale, y su hija Little Edie. Podría ser mía por 20.000 de dólares (19.000 euros). Pero no, no me interesa. Está en los Hamptons, a tomar por saco, y yo no conduzco. Sus paredes encierran, reconozcámoslo, una de esas historias que disfrutan periodistas y profesionales de la salud mental. Se trata de la locura compartida de una madre y una hija que abandonaron todo cuidado de la casa y dejaron que la naturaleza entrara en ella. Cuando el encargado del departamento de Sanidad, alertado por un vecino, se presentó una mañana de 1971 en la mansión, quedó impresionado: la vegetación había penetrado en los salones, que estaban cubiertos de musgo y hojarasca, y detrás de los muebles habían construido su madriguera mapaches, zorrillos, gatos, pájaros y culebras. Las dos excéntricas mujeres vivían en ese ambiente gótico como si tal cosa y sobrevivían milagrosamente al entorno infecto, poseídas por una fusión de los espíritus de Blanche Dubois y Baby Jane, envueltas por el polvillo que amarillea a las muñecas antiguas. Fue la sobrina Jackie quien cargó con los gastos de limpieza, aunque al poco tiempo las mujeres volvieron a dejar crecer la hierba. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

Del Miedo A Trump

sábado 21 de enero de 2017  

Los que no somos creyentes también tenemos cosas sagradas. Un país, en su conjunto, debería tener cosas sagradas. En España hemos reducido lo sagrado a lo religioso y así nos va. Sólo los católicos practicantes tienen figuras en las que creer y a las que respetar de manera indiscutible, pero en la vida civil, en nuestro país, no hay causa o personaje que no corra el peligro de ser pisoteado. Por unos o por otros. Ni la muerte permite descansar a gusto. Yo admiraba de los Estados Unidos el que a pesar de tantas cosas que se me antojan salvajes, la pena de muerte, la tenencia libre de armas, la justicia de pago o la abusiva política imperial, había ciertos líderes del activismo que el tiempo había convertido en figuras icónicas, indiscutibles. O discutibles pero colectivamente homenajeadas. John Lewis, luchador por los derechos civiles, joven compañero de Martin Luther King, es una de esas personas que representan lo mejor del país. Hace muy poco, leí una novela gráfica en tres tomos, «March», basada en su vida, que el artista Nate Powell y el guionista Andrew Aydin pasaron a dibujo y diálogo. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

Del Miedo A Trump

sábado 21 de enero de 2017  

Los que no somos creyentes también tenemos cosas sagradas. Un país, en su conjunto, debería tener cosas sagradas. En España hemos reducido lo sagrado a lo religioso y así nos va. Sólo los católicos practicantes tienen figuras en las que creer y a las que respetar de manera indiscutible, pero en la vida civil, en nuestro país, no hay causa o personaje que no corra el peligro de ser pisoteado. Por unos o por otros. Ni la muerte permite descansar a gusto. Yo admiraba de los Estados Unidos el que a pesar de tantas cosas que se me antojan salvajes, la pena de muerte, la tenencia libre de armas, la justicia de pago o la abusiva política imperial, había ciertos líderes del activismo que el tiempo había convertido en figuras icónicas, indiscutibles. O discutibles pero colectivamente homenajeadas. John Lewis, luchador por los derechos civiles, joven compañero de Martin Luther King, es una de esas personas que representan lo mejor del país. Hace muy poco, leí una novela gráfica en tres tomos, «March», basada en su vida, que el artista Nate Powell y el guionista Andrew Aydin pasaron a dibujo y diálogo. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

Hombres, devolvednos la cortesía

sábado 10 de diciembre de 2016  


Este sábado quiero hablarles de un libro que viene muy a cuento. Conviene que comencemos a leer y hablar de política sin entregar la voz cantante al paso que marcan nuestros diputados. Hoy quiero mostrarles mi entusiasmo por un libro que ve la luz esta semana, La importancia de no entenderlo todo, de Grace Paley. Esta mujer fue tantas cosas que casi no sabe una por dónde empezar. Nació en 1922 en el Bronx y murió en 2007. Algunos la conocimos por la edición que Anagrama publicó de sus cuentos y ese único volumen sirvió para que algunos la amáramos. Alguien dijo que a Paley se la lee para amarla. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

Y Al Cabo, Nada os Debo

sábado 3 de diciembre de 2016  


Estoy perpleja. Yo diría que tanto como los jóvenes españoles, aunque los de mi quinta padezcamos nuestra particular perplejidad generacional. Imagino ahora mismo, por ejemplo, los escaños del Congreso y visualizo a una derecha que saca pecho al advertir que sus imperdonables errores se premian con más votos; observo a un partido socialista carente de liderazgo, al que no sabría por qué habría hoy de prestarle mi voto, y me fijo, más a la izquierda, en los políticos de Podemos, donde confluye IU, que desde hace poco declaran no querer apelar más a la clase media ya que, decididamente, aspiran a convertirse en el partido de la clase obrera. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

Tintos de Verano

lunes 31 de octubre de 2016  

Queridos amigos, estos días ha salido la primorosa edición que la editorial Fulgencio Pimentel ha hecho de todos los Tintos de Verano. Los cinco agostos (2000-2005) en un mismo volumen. Estoy feliz al tenerlo entre mis manos y asombrada del desparpajo y la libertad con que escribí esta suerte de comedia basada en mi propia vida.

http://fulgenciopimentel.com/libros/tinto-de-verano-rústica …

 

El Tolstói de los zulús

sábado 22 de octubre de 2016  


“Cuando los zulús produzcan un Tolstói nosotros lo leeremos”. ¿A quién se refería Saul Bellow con esa primera persona del plural en una de sus más célebres y denostadas citas? Ese “nosotros” que el gran novelista utilizó incluía a los blancos y excluía a los negros. No podía ser de otra manera siendo Bellow un estadounidense de Chicago y un judío descendiente orgulloso de la gran tradición literaria europea. Es muy probable que el novelista lo dijera sin ánimo de ofender, que no pensara que la misma ciudad en la que él vivía y escribía estaba poblada en sus afueras por negros descendientes de esclavos. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

LO QUE ENTONCES NO PUDO DECIRSE

sábado 10 de septiembre de 2016  


A menudo charlo con jóvenes amigos que andan preocupados, no sin razón, por el estrechamiento de la libertad de expresión. Y estamos de acuerdo en que el batallón de supuestos humillados y ofendidos es tan amplio y tan ruidoso que acaba provocando, se quiera o no, que quien expresa su opinión públicamente mida en exceso lo que dice o escribe por miedo a pisar un charco indeseado por una bobada. Porque es habitual que lo que desata la indignación suelen ser nimiedades, y porque tampoco debería ser tan grave soltar una inconveniencia o meter la pata de vez en cuando. Pero discrepo, también a menudo, con estos jóvenes plumillas a los que por el hecho de que sean jóvenes no me veo en la obligación de dar la razón (no padezco el miedo a sentirme desfasada) en la pertinencia del humor que hace sangre con la sangre. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> http://cultura.elpais.com/cultura/2016/09/09/actualidad/1473437941_126152.html

 

El Vagón de los Raros

viernes 10 de junio de 2016  


Qué violenta es la mala educación. Y qué íntimamente agitada se siente una cuando es víctima de los malos modos. Viajo en el AVE, movida por esos bolos a los que a menudo obliga el oficio, y avanzo hacia mi asiento con la esperanza de pasar un rato mirando el paisaje ovejunamente, dormitando o leyendo. Pero nada más entrar en el vagón veo a un tío dando zancadas de un lado a otro, coronado con unos enormes auriculares, hablando a gritos sobre un asunto comercial. Agita los brazos como si estuviera en un despacho y le comunica a voces a su interlocutor el número de móvil. Le dan ganas a una de tomar nota y hacerle una llamada perdida a las cinco de madrugada. Con delicadeza le hago un gesto con las manos para que baje el volumen, porque si la cosa empieza así me temo que me espera un viaje espantoso, a mí y al resto de viajeros del vagón, aunque siempre tengo la sensación de que en España la contaminación acústica no le importa a casi nadie, o que nadie considera que la tranquilidad sea un derecho cuando has pagado un billete, no precisamente barato, de AVE. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

 

Matando Cerditos

sábado 23 de enero de 2016  

  
El País: «MATANDO CERDITOS» Leer el pregoncillo de San Antón en la calle de Hortaleza es el acto público más tierno al que una se puede enfrentar. Subida en un estrado en mitad de esta estrecha calle cercana a Chueca la pregonera puede mirar a los asistentes, contarlos, incluso bajar y saludarlos uno a uno. Es una manera de comprobar, una vez más, que Madrid tiene momentos sublimes en que quiere seguir siendo pueblo. Junto a mí, sonriente y algo abstraído, el padre Ángel, ese cura singular que abre las puertas del templo a los mendigos para que se cobijen por la noche, que ofrece a los fieles pantallas en conexión directa con el Vaticano y que regala wifi tanto a los que creen como a los que no. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->> 

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