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El Gran Fernando

domingo 12 de noviembre de 2017  

Durante cinco años hicimos Fernando Delgado y yo el camino de vuelta a nuestras casas respectivas, que estaban muy cerca, desde los estudios de la SER, en la Gran Vía. Fernando me guiaba con su mano firme sobre mi hombro, para protegerme paternal de los coches o de los socavones. Yo tengo mi teoría sobre esa extraña pareja que formábamos, él tan alto y yo pequeña, y es que el escritor no lograba salir del papel que representábamos en antena y me trataba con la dulzura e instinto protector que le dedicaría a un niño. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

Ondas De Radio

viernes 3 de noviembre de 2017  

El 10 de octubre caminaba arrastrando mi pesadumbre hacia el Thyssen, que estos días cumple su 25º aniversario, escuchando la radio. La tarde del 27 de octubre volvía a casa desde un Congreso de Mujeres Juristas por la Igualdad concentrada en las voces de la radio. No hace tanto que veíamos pasear a los abuelos con el transistor pegado a la oreja. No hace tanto tampoco, porque el tiempo pasa en la vida como en la radio, volando, que al volver de la escuela merendaba con la muchacha; escuchábamos un programa de coplas dedicadas y yo la observaba llorar su orfandad concentrada en la música mientras cosía su ajuar. Mis recuerdos establecen conexiones sinestésicas y las canciones de entonces saben a foie gras o a mantequilla espolvoreada con colacao. No hace tanto que guardaba silencio para que mis tías escucharan la novela. No hace tanto que, tras unos años adolescentes de despreciar una radio que me olía a rancio, volví a encontrar en las ondas una compañía que no llenó nunca la televisión, ni tampoco (perdón) el periódico. Porque no hay nada que supere el lazo íntimo que establece una voz con sus oyentes. A los seres queridos que se nos fueron los recordamos de vez en cuando en los álbumes de fotos, pero es al encontrar de pronto una vieja grabación cuando el pasado se nos vuelve presente. La voz es lo que antes se pierde y lo que más se añora. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

Todos rieron el chiste

viernes 20 de octubre de 2017  

Cuando leí el reportaje de la revista The New Yorker sobre la historia de abusos perpetrados por Harvey Weinstein, no reparé en quién era el autor de la pieza. Pero a fuerza de entrar en la página, que se va renovando según se van acumulando los testimonios, caí en la cuenta de que se trataba de Ronan Farrow, hijo de Mia y de Woody, aunque asombrosamente parecido a Frank (Sinatra). La firma no altera la objetividad del contenido, desde luego, pero indica que a este joven brillante le afecta hondamente el asunto de los abusos sexuales y no va a dejar escapar historia alguna que se le presente. Los abusos, en concreto, en el mundo del show business y aledaños. No oculta el ya popular comunicador el trauma que supuso para él, aún niño, la investigación criminal que se abrió contra su padre, Woody Allen, por los supuestos abusos a su hermana Dylan. A Allen se le consideró no culpable, puesto que los hechos no se probaron, pero sobre el cineasta planea desde entonces la sombra de una duda que su hijo trata de reavivar siempre que puede, puesto que considera, así lo suele expresar, que la industria y la prensa han tendido a comprender y arropar los comportamientos ilícitos de los genios o de los hombres poderosos. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

El Orgullo Desatado

jueves 12 de octubre de 2017  

Se dice, se escribe: quien no saca la bandera española al balcón es un acomplejado. Camino lleva de convertirse esta consideración en lugar común. Acomplejada. Honestamente, no me veo. Para quien es hija de madre aragonesa/valenciana (Ademuz es un enclave) y de andaluz, para quien nació en Cádiz y conserva nostalgia escolar de Palma, para quien estudió en un instituto del Retiro, sacó sus oposiciones de locutora en Málaga, y siguió mudándose de manera insensata de la periferia al centro de Madrid y viceversa, para alguien con raíces tan diversas, ¿cuál ha sido la respuesta obvia a quien preguntaba en Nueva York, y tú, de dónde eres? Desacomplejadamente, respondía que española porque es lo que soy. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

Razones Para La Melancolía

viernes 6 de octubre de 2017  

En la sala se podía respirar un aire cargado de melancolía. Celebrábamos que la exposición de dibujos del humorista gráfico Martínmorales hubiera viajado de Granada a Madrid y contemplábamos así 50 años entregados a un humor punzante, no adscrito a ningún partido, siempre implacable en su crítica al poder; irreverente y brutal hasta el punto de que nos preguntábamos cómo serían recibidos ahora los chistes de este dibujante que protagonizó junto a otros creadores la más brillante época del humorismo gráfico en nuestro país. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

Poesía necesaria como el pan de cada día

viernes 29 de septiembre de 2017  

Ay, si una aprendiera de lo que lee. Si una aprendiera de las tortuosas vidas, aquellas que, en principio y por fortuna, no habremos de vivir en carne propia, si una tuviera en cuenta en qué consiste la suerte de estar viva y poder contarlo; si después de cerrar las páginas que narran la vida de mujeres que padecieron años de trabajos forzados en el Gulag, si al leer fuéramos conscientes de que toda existencia contiene la posibilidad del horror, si las historias de otros nos modificaran de verdad, sufriríamos menos por los bobos contratiempos cotidianos y contribuiríamos a mantener un aceptable nivel de convivencia. Eso pienso, tras haber leído estos días conteniendo el aliento Vestidas para un baile en la nieve, de la escritora checa residente en Barcelona Monika Zgustova. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

El Niño Casi Blanco

jueves 28 de septiembre de 2017  

El sufrimiento se ha abaratado. Puede que algún día, cuando esta época convulsa se convierta en pretérita en los libros de historia, alguien caiga en la cuenta de que en el devenir de los tiempos influyó y no poco el que la gente hubiera perdido el sentido de la medida y reivindicara, como si se tratara de un derecho, que su dolor debía ser tomado en cuenta como el de las personas que de verdad sufren. Pero, ¿qué es la verdad y qué el falseamiento de la misma en el presente? Los sentimientos son subjetivos, podemos estar de acuerdo, aunque en esta época de sacralización de la subjetividad hemos perdido por el camino algo tan eficaz para observar la realidad como es el sentido de la proporción. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

Toda Una Vida Con Serrat

jueves 21 de septiembre de 2017  

Mi vida sentimental se vertebra con las canciones de Joan Manuel Serrat, es el creador de una de las bandas sonoras que he llevado en la memoria del corazón desde niña, a él he de agradecerle muchas cosas: el haberme despertado un interés por la poesía, introduciendo en mi sensibilidad adolescente los versos de Machado, Miguel Hernández o Joan Salvat Papasseit; el descubrir que la música podía contar la vida de los barrios humildes a los que él puso oído y prestó voz, y el amor por la lengua catalana. Es sabido que la letra con música entra mejor y la familiaridad que muchos tenemos hoy con ese idioma se la debemos en gran parte a él, a sus discos en catalán, entre los que Per al meu amic (1973) brilla como una joya rara y misteriosa. Todo esto lo he pensado muchas veces a lo largo del tiempo, no es que sus últimas declaraciones sobre el procés me hayan llevado a advertirlo. Serrat fue la primera persona a la que entrevisté, cuando tenía 19 años. Con la insensatez optimista de una rendida admiradora que recién había comenzado a trabajar en la radio me enteré del hotel en el que estaba, llamé, le pedí al de recepción que me pusiera con el señor Serrat pensando que no me haría ni puñetero caso, y tuve la suerte tonta de dar con un recepcionista poco celoso de la intimidad de sus clientes célebres. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

De Mis Soledades Vengo

viernes 15 de septiembre de 2017  

Hay, con respecto a Nueva York, un malentendido que resulta ya casi imposible de aclarar, pero esta cronista que es tozuda lo intenta, como intenta, infructuosamente, cambiar la imagen que de ella se hicieron los lectores en un primer vistazo. Ocurre que la idea que tenemos de esa ciudad está prisionera en su mayor parte del territorio de los anhelos y los sueños, hasta el punto de que no estamos dispuestos a que la realidad desbarate lo que durante tanto tiempo hemos fraguado al calor de la fantasía. Cuando yo escribía crónicas desde Nueva York había quien deseaba que perpetuara la ensoñación para que la ciudad continuara siendo la tierra prometida; había también quien, desde un punto de vista más resentido o mezquino, veía en el simple hecho de que vivieras allí y escribieras sobre aquello una voluntad de esnobismo. Lejos de mí la intención de contrariar a quien me tiene por snob afirmando que no lo soy, para qué; diría incluso que existe cierto placer en pensar que te imaginaban más feliz de lo que eras y estabas menos sola de lo que realmente estabas. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

 

Un dolor que no caduca

viernes 8 de septiembre de 2017  

¡Lo servimos al momento! Así lo promete la publicidad en la sociedad de la impaciencia. Lo dañino de esa anhelada inmediatez es que está acabando con nuestra capacidad de ser pacientes, ese desfasado antídoto natural contra la ansiedad. Todo se conjura para debilitar un mecanismo de defensa que a los niños antiguos se nos hacía ejercitar a diario, pero está visto que hasta a nosotros que crecimos en una sociedad con menos estímulos se nos ha quedado fofo el músculo de la paciencia. Igual que queremos el libro o la compra a domicilio sin demora, borramos de inmediato el estrés con un ansiolítico, cuando nuestra naturaleza no está preparada para esas prisas. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ ->>

© Elvira Lindo 2021