Jose Dice: miércoles 22 de mayo de 2013

Hola Elvira. En relación a tu artículo, no sé qué problema hay en una asignatura que es optativa. Y el que no quiera cursarla que no la elija. Yo, como profesor de instituto sí veo un problema que haya alumnos que tengan una asignatura que se llama «alternativa» (yo soy el profesor) y que no puedes hacer Nada, ni impartir Nada, ni evaluar Nada. Es una hora de «guardería». Desde el año 2000, el 86 % de los alumnos míos han elegido religión. Y no son de segundas unos ni otros. En muchos países los cristianos no son de 2ª, sino que sencillamente pierden su condición de «ciudadano». Creo en la libertad, dejémosla optativa. En la escuela pública debemos defender los intereses de todos y dar alternativas a todos. Sí, incluso a los católicos, y sí, todavía son mayoría. No veo nada de imposición, ni retrógrado. Y menos cuando la Iglesia Católica hace Tanto por tanta gente. También tiene errores por supuesto, como usted y como yo. Pero por eso mismo me parece bien ofertarla, que sea optativa, y que la asignatura alternativa que tenga también lo sea, para que los alumnos tengan una formación adecuada, y no hacernos perder más tiempo, ni a los alumnos, ni a los profesores. Un saludo.

Antonio Dice: miércoles 22 de mayo de 2013

Eso digo yo

Marisa g Dice: sábado 25 de mayo de 2013

Hola, Elvira. Lo que aquí escribo no tiene nada que ver con este último post tuyo, pero ahí va: estoy leyendo tu libro sobre Nueva York. Me gusta mucho, disfruto cada una de tus frases. Parece que estuviera hablando conmigo. Nunca he estado allí, pero me siento como tu acompañante en tus paseos solitarios. Espero que se te reconozca como una de las grandes, aunque a tú no lo pretendas. A ver cuándo sacas otro sobre Madrid o sobre cualquier otro asuntillo » bromas verás». Aurrera, beti aurrera, que decimos en Bilbao. Un afectuoso saludo y sigo disfrutando de tu libro