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A Mí Me Sirve

miércoles 21 de diciembre de 2011  

Ha surgido en esta época un tipo de admirador de la neurociencia que establece con esta materia la misma relación que el beato tiene con la fe o el fanático con una ideología absoluta. En realidad, siente la misma necesidad imperiosa de creer en algo, y piensa, como cualquier creyente, que está en poder de la verdad. Me resulta curioso no haber encontrado jamás entre los científicos que conozco esa concepción de la ciencia como dogma. Tengo un amigo físico, que tras pasarse el día observando las correrías de unos ratoncillos que han de ayudarle a entender la memoria espacial, recorre la ciudad de punta a cabo para tumbarse en un diván y visitar, con la ayuda de un viejo psicoanalista, algunos pasajes de su memoria que aún le hacen daño. Alguna vez le he preguntado, ¿es compatible un trabajo tan riguroso con una terapia tan especulativa? Y él me contesta de manera contundente, «a mí me sirve». Si quisiera, tendría a su disposición tratamientos químicos para reducir la ansiedad, pero ha optado por la reflexión intelectual. Y es que hay algo misterioso en el alivio del dolor. A veces, el dolor se atenúa con una visita al médico si el médico sabe mirar a los ojos del paciente.

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1 respuesta a:A Mí Me Sirve

Itaca Dice: viernes 23 de diciembre de 2011

Asusta la dificultad para abrir un espacio al psicoanálisis en todos los ámbitos intelectuales de nuestro pais.

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